Cómo NO hacer regalos absurdos en Reyes (igual te doy una idea)

Ayer lo viví de cerca:

Joder, no tengo el regalo de Reyes de Fulano… ¡qué coño le compro!

Cuando llegan estos días me pasan dos cosas:

Una. 

Me molesta muchísimo tener que comprar veinte mil regalos.

A ver, no es que me duela gastar dinero, no voy por ahí.

Es que me jode el maratón de regalos absurdos.

Comprar por comprar. Sin ton ni son.

La Navidad es lo que en Jerez llaman un “porcohone” (la hache, aspirada).

Y dos.

El estrés.

Parece una puñetera gymkana, da igual si lo vives solo o en familia.

Cuélgale las bolas rojas al abuelo y la estrella en la punta,

recuérdale al árbol que se ponga bufanda,

dile al niño que se tome su pastilla del colesterol,

¿te has acordado de meter el hielo en el horno?

Por cierto, ¿qué le has comprado a tu hermano…?

¡Mi hermano!

¡Joder, el regalo de mi hermano!

Me va a dar algo…

Con cada prueba de la gymkana, cada regalo olvidado se me clava como un puñal que me recorre el estómago.

Y sales del paso como puedes,

pero te sientes mal.

Le compraste lo primero que pillaste y que te dio tiempo a pensar y comprar…

…y tu hermano sonríe educado y piensa:

“Otro PONGO para mi casa. A ver este dónde lo pongo”.

La mayoría de las cosas que regalamos o nos regalan son pongos.

Chorradas que olvidamos al minuto.

Que compramos para salir del paso.

Así que este año pensé algo:

¿Y si pudieras regalar algo que mole, y que nunca se olvide?

¿Como qué?

Un curso que ayude a tu ser querido a transformarse en una versión mejor de sí mismo…

…y que te ayude a ti a sentirte genial por dentro.

Qué gran regalo habrás hecho.

¿Qué curso?

El más universal y más fácil de seguir que tengo:

El caso de la casa (50 €).

Enseña en solo 1h 15min a cualquier persona a persuadir, negociar y vender mejor cualquier cosa. Y mientras lo haces, te ríes.

Te sirve igual para venderle a tu hijo que se tome la verdura,

que para convencer a tu pareja de que hagáis un plan,

o para vender la bici en Wallapop a mucho mejor precio,

o tu coche, tu casa o lo que vendas en tu trabajo.

Cuando lo regales, lo harás con una sonrisa porque sabes que le das una experiencia a esa persona que le cambiará…

y que cuando haga el curso, te llamará para agradecértelo de verdad.

¿Cómo funciona el tema?

Fácil: 

1. Entras en una página que ahora te digo, pones TUS datos y lo compras.
2. Recibes un email con un vale y las instrucciones.
3. El vale lo imprimes o se lo envías por email a la persona a la que le regalas el curso.
4. Esa persona accede al curso con lo que pone en el vale.
5. Hace el curso, le encanta y te llama para darte las gracias por segunda vez.
6. Tú te pones feliz y piensas: ¡Qué bien que no regalé los calcetines esos de mierda!

Para empezar, ve al paso 1: tienes el enlace en el primer comentario.