Cómo la pandemia me ha ayudado a fortalecer mi rutina matutina
Este tiempo en el que reina la inestabilidad e incertidumbre, me ha ayudado muchísimo el tener una rutina matutina que me de tranquilidad, balance y enfoque en el día. Lo que me rodea, las otras personas, la cotidianidad y las reglas que me rigen como miembro de una sociedad son cambiantes y no tengo control de ellas. Reconozco que no tengo control de lo externo, sin embargo, si puedo gestionar lo interno, mi actitud, mis pensamientos, lo que siento y sobre todo de estar consciente de lo que hago tan pronto como abro mis ojos y recibo cada día.
Comparto contigo lo que he podido sostener como rutina matutina aprovechando que los tiempos me han dado la oportunidad de reducir velocidad y poner como prioridad el auto cuidado y bienestar.
Silencio (S)
Al comienzo del día, escojo deliberadamente mantenerme en silencio. Esto implica no mirar el celular, encender el televisor, entablar una conversación. Me mantengo en silencio. Inclusive, aprovecho y disfruto que estos tiempos me han dado la oportunidad de despertarme, algunos días, sin el sonido de una alarma, ayudándome así a establecer el tono para un comienzo tranquilo, permitiendo que mi reloj interno sea el que me empuje naturalmente.
Intención (I)
Después de abrir los ojos y aterrizar en consciencia establezco una intención para el día. Por lo general, no es nada monumental, y varía desde determinar que haré todo lo posible para mantener en equilibrio, saludable entre el trabajo, en mi vida personal, hasta mostrar amor a cada persona con la que interactúo, incluyéndome a mí misma. En ocasiones mi intención incluye escoger como deseo sentirme durante el día.
Consejo: Tómate el tiempo para establecer una intención que sea amable, sencilla y alcanzable que te mantendrá enfocado durante el día.
Meditar (M)
Hace ya más de seis años practico meditación en mindfulness. Al principio no fue fácil establecer una práctica diaria. sin embargo, tenía la necesidad de descansar mi cuerpo y mi mente para vivir con apertura lo que la vida me estaba trayendo. La práctica se volvió un hábito y ahora mi cuerpo me pide ese tiempo para meditar. Practico en las mañanas luego de tomarme un café para darme la oportunidad de “resetearme”, saborear el momento y presentarme a un nuevo día con la mente clara y un corazón abierto. La práctica abre el espacio en mi consciencia para SER la mejor persona que puedo ser una respiración a la vez.
Consejo: Usa estos tiempos de cuarentena para darte una oportunidad de dejar de hacer y simplemente SER. Comienza por darte un espacio de cinco minutos (consistentemente, todas las mañanas o tardes) para comenzar. Busca una postura digna, relajada y en alerta. Observa tus pensamientos (planificación, preocupación, …), reconócelos y déjalos ir. Y si haces meditación en mindfulness lleva tu atención (con apertura y sin juzgar) a cualquier tipo de experiencia sensorial (respiración, sonidos, olores).
Agradecimiento (A)
Seguido de mi meditación, digo en mi mente tres cosas o más por las cuales estoy agradecida. Doy gracias porque mi corazón late, respiro, tengo salud, tengo un hogar, alimento… mi lista siempre es abundante. Esta práctica me permite apreciar todo lo bueno que tengo y me rodea, me hace sonreír y sentirme feliz.
Consejo: Comienza con tres cosas y hasta puedes crear un diario (“journal”) de agradecimiento y lo pones por escrito.
Y luego de pasar por estos cuatro pasos SIMA me muevo, enciendo la TV o leo las noticias, escribo o repaso mi “to do list”. Y comienzo a vivir el nuevo día que me trajo la vida con la mayor apertura posible pues como comenté al principio, no puedo controlar las cosas externas, pero me ocupo de tener la mejor actitud ante cualquier situación que me traiga la vida.
Mi padre siempre decía que lo importante era estar vivo. Ahora yo desde mi experiencia de vida le añado…viviendo cada momento, observando y escogiendo los pensamientos que ocupan mi mente, y con bondad amorosa para conmigo, los que me rodean y la humanidad entera.
Y para concluir te comparto estos consejos: ejercítate, conversa, baila, escucha música, sonríe, respira consciente. Cuida tu mente y tu cuerpo, y procura poner en tu agenda hacer cosas que te hagan feliz. Sal del automático y vive el momento. Date la oportunidad de SER la mejor persona que puedas ser una respiración a la vez.