¿Cómo llegar al corazón del empleado siendo exigente?
Explica el economista Xavier Sala i Martín que, en una reunión en el Fórum Económico de Davos tuvo la oportunidad de charlar con el presidente de Senegal. Después de debatir sobre la posible solución a los problemas económicos de su país, el presidente senegalés Abdoulaye Wade espetó al economista “No queremos limosnas, queremos que nos dejen trabajar y competir.” Nadie quiere sentirse utilizado. Lo que necesita una persona (o país, en este caso) para desarrollarse es que le proporcionen las herramientas necesarias como para poder trabajar de una manera justa. Parece lógico ¿no?
Pues bien, aunque no lo creas, en tu empresa puede estar pasando algo similar. Tu empleado, al igual que te pasa a tí, espera una situación justa en su trabajo. Tu empleado quiere que le exijas y que también te preocupes por él para que pueda desarrollar su máximo potencial. El problema está en que la palabra “exigencia” ha tomado cierta connotación negativa porque se asocia a una imagen déspota. Y “preocuparse” por los demás hoy en día no es lo habitual. Yo, sin embargo, no tengo problema en afirmar que ser exigente desde el aprecio es el camino más rápido para llegar al corazón del empleado. ¿Cómo conseguirlo? Yo propongo tres estrategias para lograr que exigencia y cariño vayan de la mano.
"Ser exigente desde el aprecio es el camino más rápido para llegar al corazón del empleado"
1. Escuchar al empleado
Si Kennedy tuviese ahora mismo una empresa diría aquello de: “No te preguntes qué puede hacer tu empleado por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu empleado”. Más allá de pagarle un salario, un líder debe ser capaz de escuchar al empleado y saber qué es lo que le preocupa. Seguro que en tu empresa hay recién divorciados, personas que tienen un familiar enfermo o, simplemente, hay quién no está atravesando un buen momento.
Es indiscutible. Un líder empático tiene más números de ser escuchado y respetado que un jefe dictatorial. Tras más de 15 años en posiciones de dirección puedo asegurar que, cuando un empleado percibe que te preocupas por él, está más dispuesto a preocuparse por ti y, por tanto, por tus objetivos.
2. Hacerle sentir que es parte del proyecto
Para que el empleado trabaje duro y bien debe sentir que lo que está haciendo tiene un sentido. En otras palabras, conseguir que cuando llegue a casa, se sienta orgulloso de lo que ha conseguido durante la jornada laboral y tenga ganas de volver al día siguiente con la misma motivación. Para lograr ese nivel de implicación en el empleado la comunicación transversal y el feedback constante son fundamentales.
¿Te imaginas empezar una carrera sin saber cuántos kilómetros se van a recorrer? Un ejercicio muy edificante para líder y empleado puede ser el de diseñar, conjuntamente, el plan de carrera. Es vital que el empleado sepa qué va a conseguir con su trabajo y qué es lo que la empresa espera de él. De la misma forma, el líder debe ofrecer retos constantemente a sus empleados para que éstos se sientan motivados para mejorar y seguir avanzando.
Es cierto que, en muchos casos, el trabajo puede ser monótono y poco estimulante. Como líder es importante comunicar al empleado que su trabajo es imprescindible para la marcha de la empresa y, por tanto, exigirle la máxima perfección posible. Algo así como hacerle ver que, no está moviendo ladrillos de un lado a otro sino que está construyendo una catedral.
3. Exigir es querer
Cuando comento que en Asics tenemos un gimnasio para los empleados, un equipo de psicólogos a su disposición y un fisioterapeuta, entre otros servicios, se piensan que Asics es una empresa poco seria. En parte, entiendo este razonamiento porque les falta un binomio de la ecuación #AlwaysPeopleFirst. La generosidad con el empleado no se entiende si no viene acompañada de exigencia.
Aunque pueda sonar un tanto contradictorio, ser exigente es la manera más clara de decir que valoras a la persona. ¿Alguien se imagina a un entrenador interrumpiendo la sesión porque sus jugadores están un poco cansados?¿O a un maratoniano que abandona la carrera cuando le sobreviene la primera duda?¿O a un padre que premia a su hijo por haber suspendido? Yo, por lo menos no me lo imagino. Exigir es querer y sólo se puede exigir a aquellas personas a las que realmente se aprecia. La clave está en encontrar el punto de equilibrio entre la exigencia y el apoyo desde el cariño.
Gestor Digital Empresas Santander Personal.
7 añosEl dia que la EDUCACION entienda que mas que enseñar conocimientos y ser el mejor , lo mas importante es formar a los más pequeños para que sean niños/as seguros de si mismos, formarlos en el respeto, comunicacion y la escucha empática , creceran generaciones en lis valores que has
Business Unit Director Immunology & Specialty Care en Sobi Iberia
7 añosGracias por el post. Ramón, suscribo palabra por palabra lo que dices. Difícil equilibrio conseguirlo para el lider. El equipo también tiene que saber entenderlo y no confundirse. Abrazo
MD Projects Rollout Lead
7 añosEstoy totalmente de acuerdo con las reflexiones planteadas. Hace ya muchos años yo tuve un Manager que aún siendo muy exigente y yo en ocasiones no lo entendia, me hizo crecer como profesional hasta el punto de que hoy sigo acordándome de sus enseñanzas y las aplico en mi día a día. Nunca he vuelto a tener un Manager igual
Director de Negocio | Bilingüe en Corporaciones & Startups | Intraemprendedor | Open Innovation | Data Translator | DOER
7 años"Ser exigente desde el aprecio es el camino más rápido para llegar al corazón del empleado". Bien dicho! Lo resume tan simple y claro que suena fácil pero tan difícil de encontrar. También el respeto tiene mucho de exigencia y si empezamos cada quien a ponerlo en práctica en nuestro equipo seguramente se volverá más usual.
Director Oficina Kutxabank
7 añosSabias reflexiones!!