Cómo los emprendedores pueden gestionar sus finanzas personales y las de su negocio

Para un emprendedor, uno de los mayores desafíos es mantener una buena salud financiera tanto en lo personal como en lo empresarial. Una correcta gestión financiera no solo ayuda a garantizar la estabilidad de tu negocio, sino que también te permite mantener tus finanzas personales en orden, algo crucial para el éxito a largo plazo. A continuación, te explicamos cómo lograrlo mediante la separación de ingresos y gastos, y cómo establecer un fondo de emergencia empresarial.

1. Separar las finanzas personales de las del negocio

Uno de los errores más comunes que cometen los emprendedores es mezclar sus finanzas personales con las del negocio. Esto puede generar confusión, dificultar el seguimiento de los ingresos y gastos, y complicar la toma de decisiones financieras. Para evitarlo, es fundamental seguir estas estrategias:

Abrir cuentas bancarias separadas: Lo primero que debes hacer es tener una cuenta bancaria exclusiva para tu negocio. Esto facilitará el control del dinero que entra y sale del emprendimiento, sin mezclarlo con tus finanzas personales. Además, facilita el cumplimiento de obligaciones fiscales y simplifica el análisis de la rentabilidad de tu empresa.

Asignarte un salario fijo: Como dueño de un negocio, es importante asignarte un sueldo, como si fueras un empleado más. Esto te ayudará a controlar mejor tus finanzas personales y a no extraer dinero del negocio de manera desordenada. Tu salario debe ajustarse a los ingresos del negocio y a tus necesidades personales, manteniendo un equilibrio.

Documentar y categorizar gastos: Asegúrate de registrar de manera precisa los ingresos y gastos del negocio, utilizando herramientas contables o software de gestión financiera. Clasifica tus gastos en categorías como operativos, marketing, sueldos, etc., para tener un control detallado de en qué se está invirtiendo el dinero del negocio.

2. Establecer un fondo de emergencia empresarial

Al igual que en las finanzas personales, los negocios también deben estar preparados para enfrentar imprevistos. Un fondo de emergencia empresarial te protege de situaciones inesperadas, como una caída en las ventas, la pérdida de un cliente clave, o gastos inesperados en infraestructura o tecnología. Aquí te explicamos cómo crear y gestionar este fondo:

Calcula tus gastos fijos mensuales: El primer paso para establecer un fondo de emergencia empresarial es calcular los gastos fijos que tiene tu negocio cada mes, como alquiler, sueldos, servicios públicos, materia prima, etc. Esto te permitirá determinar cuánto dinero necesitarías para mantener el negocio funcionando si los ingresos disminuyen repentinamente.

Define el tamaño del fondo de emergencia: Se recomienda que el fondo de emergencia cubra entre 3 y 6 meses de los gastos fijos del negocio. Esto te da el tiempo necesario para ajustar las operaciones o buscar nuevas fuentes de ingresos sin tener que recurrir a préstamos o comprometer la estabilidad del negocio.

Ahorra de manera sistemática: Al igual que en las finanzas personales, el ahorro para el fondo de emergencia debe ser constante. Puedes establecer un porcentaje de las ganancias mensuales que se destine automáticamente al fondo. Lo ideal es que este dinero esté en una cuenta de fácil acceso, pero separada de las operaciones diarias, para evitar utilizarlo de manera innecesaria.

Revisa y ajusta regularmente: A medida que tu negocio crece y tus gastos cambian, es importante revisar el tamaño de tu fondo de emergencia y ajustarlo si es necesario. Si has expandido el negocio o si los gastos han aumentado, es posible que necesites incrementar el fondo.

3. Beneficios de gestionar bien las finanzas empresariales

Toma de decisiones más informada: Separar tus finanzas personales y las del negocio te permite tener una visión clara del rendimiento de tu emprendimiento. Podrás tomar decisiones estratégicas basadas en datos financieros sólidos, en lugar de conjeturas.

Estabilidad en tiempos de crisis: Un fondo de emergencia empresarial te brinda la tranquilidad de saber que puedes enfrentar tiempos difíciles sin poner en riesgo la continuidad de tu negocio.