Cómo morderse la lengua ante una situación de conflicto y no morir envenenado en el intento (O "Soy culpable de...")
Normalmente uno no usa esta red social para desahogarse. Para eso está Facebook, Twitter u otras, pero como esto tiene un origen profesional, me daré el momento para hacerlo y pido disculpas si a alguien le desagrada ver estas cosas en LinkedIn.
Sé que ante la contingencia derivada del Covid-19, cuidar el trabajo es una cuestión que se ha vuelto prioridad. No nos podemos dar el lujo de perder nuestras fuentes de ingreso ni mucho menos regodearnos por alguna en caso que estar cesantes. Sin embargo, hay que estar atentos a la forma con que nuestros empleadores enfocan los problemas que se presentan en nuestro día a día laboral y como estas situaciones se vuelven injustas y estresantes hasta el punto de reaccionar desproporcionadamente.
Estamos de acuerdo en que estamos para solucionar problemas, no para crearlos. Sin embargo, cuando la solución de una dificultad escapa de tu conocimiento, hay que ser honestos y decir "no puedo pero trato de resolverlo". Del mismo modo, si derivaste el problema con alguien que sabes que podría hacerlo y no lo logró, también hay que ser derechos para decir "no se pudo, pero veamos alternativas". En ese sentido, lo importante es no caer en la desesperación. Ya sea porque se te van los clientes o porque la empresa pasa por dificultades, perder la calma y pedir hacer magia a toda costa no es la forma tampoco de resolver los problemas. A mi me pasó esta semana y caí redondito en la provocación...
Tuve una discusión bastante acalorada con gente que mi equipo que naturalmente correspondió a la tensión del momento. Por otro lado, dije cosas honestas y en un tono inadecuado por las dificultades que estabamos teniendo al instalar un banner en un sitio web (¡Sí señores! Por un banner...). Por supuesto que hubo gente que reaccionó mal por eso pero el problema es anterior a todo eso: Lamentablemente en el lugar que trabajo, no contamos con desarrolladores web y el que teníamos a mano, la agencia le debe plata. Esto se hubiera resuelto tan fácil con él, pero si la agencia le debe dinero por otro trabajo, ¿con qué cara uno pediría pegas nuevas con él? Ellos no ven la vergüenza que pasamos con estas cosas. Les da lo mismo. La cuestión es cumplirle al cliente a todo costo. A todo costo...
Al final, ese costo me lo llevé al reaccionar mal y contestar en un tono inapropiado. Debí haberme mordido la lengua, contar hasta diez, aguantar la crítica y el reto y pedir disculpas por la supuesta "ineficiencia". Es lo que hacemos todos diariamente, ¿no? Aguantar... Aguantar... Aguantar. Aguantamos porque la pega está mala, porque necesitamos el dinero, porque debemos cuentas. En otras palabras, aguantamos por necesidad y hay gente que usa esa necesidad como recurso para hacerte perder el control como sea.
Reconozco que tengo mi personalidad y me caliento con cierta facilidad, pero no es siempre y no con todos: odio la injusticia y detesto profundamente la arrogancia de algunos miembros de mi equipo de trabajo. Siempre trato de quedarme con lo mejor y hacer frente a los problemas de la mejor manera. Trato de no enganchar con provocaciones ni tampoco con sobrerreacciones ajenas. Lamentablemente, esta semana me llevaron al límite y caí en la trampa.
El lunes debo aparecerme por la agencia, enfrentar la situación y pedir disculpas. Obvio. Al final, para ellos, el irracional y conflictivo es uno. Da lo mismo si te provocaron. Siempre uno es el culpable de haberle pegado un rayón a su cetro de "amo del universo". Supongo que para no ser uno de los damnificados del Covid-19 me va a tocar ser más humilde que de costumbre y no tan "parado". Así son las reglas y esto es lo que me toca mientras pasa la crisis.
Amigas y amigos, sólo quería compartir esta reflexión al mundo porque creo que esta crisis definitivamente saca lo peor de todos nosotros y el ambiente laboral no es la excepción. Ante el encierro, la posibilidad de la cesantía y el peligro de acumular deudas sin pagar, perdemos de manera fácil la compostura. Ojalá quienes lean esto comprendan que esto es temporal, que vamos a salir de este momento y que sean pacientes. Nadie quiere perder sus empleos, pero nadie quiere mentir u ofrecer cosas imposibles con el argumento de que es lo necesario para salvarse. Y si van a reaccionar, cuenten hasta diez y aguanten. No hagan lo que hice aunque tengan muchas ganas, pues un mal día puede convertir tu ambiente laboral en un infierno o peor aún, costarte el trabajo.
Gracias por leerme.