¿Cómo sabes que no te gusta si no lo has vivido? Bienvenido al fabuloso Mundo de Chick fil A.
Quien no recuerda un capítulo de Los Simpsons donde Homero se va de gira tras las famosas costillitas de "KrustyBurguer"?
Como muchos otros capítulos de esta serie, las costillitas de Krusty tienen su base real. Se trata de los sandwiches de la cadena Chick Fil A: uno de los grandes retailers del fast food norteamericano. La cadena cuenta actualmente con más de 2.000 locales y una facturación superior a los USD 6.000 millones. Su producto principal son las diferentes variedades de sandwiches de pollo y derivados, como los nuggets y obviamente sus acompañamientos (french fries, onion rings, salads) y postres.
Hasta aquí, todo parece normal. Buen producto. Buena distribución. Precios accesibles... Pero que hizo que esta cadena se destaque del resto?
Sus campañas de marketing y tácticas de guerrilla son verdaderamente "disruptivas" y diferentes a las de sus competidores. Comencemos con su campaña de comunicación: al tratarse de productos derivados del pollo, su campaña está totalmente sustentada en una apología y culto a la vaca. Si bien podría encontrarse alguna similitud a la cultura hindú, su campaña está protagonizada por "vacas modelos" que hasta tuvieron su propio almanaque, al mejor estilo Pirelli. También la cadena implementó el "Cow Appreciation Day", un día para celebrar y homenajear a este noble animal, mientras que sus "crueles" competidores, carnean y los venden en hamburguesas. Incluso la cadena llegó a desarrollar y vender en sus tiendas y canal online, una línea de merchandising para homenajear a la vaca: remeras, tasas, cups, vinchas, etc. hasta disfraces.
Evidentemente este posicionamiento y concepto le ha generado una gran cantidad de fieles seguidores y fanáticos, que siguen a la marca y disfrutan de una propuesta divertida donde puede participar toda la familia.
Pero esto no se detiene aquí. Lo más interesante que ha generado esta cadena, es justamente el nivel de fidelidad que han logrado con sus fans: verdaderos "fanáticos religiosos" que no solamente la siguen sino que incluso la "viven". Con cada inauguración de un nuevo local que la cadena realiza, han creado la "Caravana Chick fill A", que consiste en cientos de seguidores que llegan a viajar medio país para no perderse de cada inauguración. Viajan cientos de kilómetros (sino miles) y acampan fuera del local para convertirse en los primeros clientes de cada tienda. La empresa obviamente ha generado de esto un verdadero culto: durante la noche anterior a la inauguración se realizan juegos y actividades interactivas: cantan, bailan y participan por almuerzos, postres y sandwiches gratis al mejor estilo Campamento Cumbaya. Todo coordinado por un representante de la Cía. A la mañana siguiente, les sirven el desayuno y obviamente los primeros que se levantan e ingresan a la tienda, reciben un premio muy especial: reciben el status de VIP y reciben 1 año de comidas gratis.
La generación de este tipo de activaciones de marca, son generadoras de experiencias que van más allá de la lógica o la razón. Son verdaderos disparadores emocionales. Verdaderos generadores de "lovebrands" (término acuñado por DDB) o amantes de la marca, que van más allá del simple consumo. Son verdaderos evangelizadores que no solo difunden su mensaje de consumo, sino que tratan de atraer nuevos consumidores a su estilo de vida.