Cómo salir de tu zona de confort y no morir en el intento. Una reflexión sobre los desafíos, retos, problemas y marrones
No te preocupes, no te voy a hablar de la necesidad de salir de tu “zona de confort”. Te doy la razón que vivir en el confort tampoco está tan mal. De hecho, es algo que está francamente bien si sabes relacionarte con los desafíos a los que te enfrentas.
Los desafíos, cuando no son buscados y nos exigen una respuesta reactiva, se llaman “problemas” o en algunas ocasiones “marrones”.
Estás ante un problema cuando tus capacidades (skills y conocimientos) están por debajo de la respuesta que requiere la situación.
Ahora bien, aún esa situación podemos verla como una “oportunidad de aprendizaje”, para ello prueba esta pregunta
- ¿Qué necesito aprender para afrontar con garantías este desafío-problema?
Sin embargo, me temo, que cuando el desafío sobrepasa ampliamente tus capacidades, no hay otra denominación que la de “marrón”. En estos casos, la pregunta anterior sigue siendo válida añadiendo el término “rápidamente” al de “aprender” o bien sustituir “afrontar con garantías” por “salir indemne”
Por otro lado, cuando el desafío es buscado de forma proactiva, normalmente se debe a que actúas bajo las premisas de tus expectativas. En este caso acometes un “reto”. Los retos son una fuente inagotable de aprendizaje. El reto nos mantiene fuera de nuestra zona de confort hasta que cubrimos nuestras expectativas. Entonces podemos optar por permanecer en nuestra zona segura o lanzarnos a un nuevo reto, en una espiral inagotable de crecimiento. En ocasiones sobrestimamos nuestras capacidades y los retos se tornan una fuente de problemas.
Todo tipo de desafío, reto o problema, es una fuente constante de aprendizaje, pero también un drenaje de energía.
Siempre debe haber un balance entre los retos, los problemas y nuestra zona de confort. Cuando estás en modo “reto” normalmente te encuentras motivado y con positividad. Sin embargo, cuando estás en modo “problema” actúas bajo el prisma del “ataque-defensa” y con negatividad. Cabe esperar que en nuestra zona de confort reine la calma y la tranquilidad. Como apunta Paul Gilbert en su libro “The compassionate Mind”, es necesario saber regular los estados de motivación, ataque-defensa y autocuidado para garantizar la sostenibilidad.
Un caso especial es el de los “adictos a los desafíos”, los cuales están incómodos en su “zona de confort”, ya que su confort lo encuentran en el aprendizaje continuo, el reto y la lucha constante. El riesgo es que, como decíamos anteriormente, esto no sea sostenible para ellos.
Para terminar, me gustaría dejarte unas preguntas a modo de reflexión:
- ¿Qué necesitas aprender para saber enfrentarte a los problemas-marrones de forma que sea sostenible para ti?
- ¿Qué necesitas aprender para acometer los retos de una forma saludable?
- ¿Qué necesitas aprender para saber regular tu energía y autocuidado?
Al final, como ves, todo se reduce a hacer las preguntas adecuadas.
Directora de Expansión Schmidt Groupe Spain & Portugal✦Analizo, defino y pongo en marcha tu proyecto empresarial✦
5 añosQue gran desafío y que enriquecedor salir a veces de tu zona de confort👍