- ¿Te ha pasado que tenés una idea, pero alguien se te adelanta y se lleva los aplausos?
- ¿Te has encontrado con un problema para el cual requerís ayuda para solucionarlo?
- ¿Tenés un producto o servicio, pero no sabés cómo presentarlo al mercado?
Todas esas situaciones son problemas en los cuales ser un comunicador efectivo e influyente es crucial. Existe la idea de que esto es algo innato, pero es algo que podemos entrenar. A lo largo de los años, he trabajado con gente y generamos impacto a través de talleres, proyectos o la manufactura de productos médicos que cambian vidas. Hoy quiero compartirte parte de lo que he aprendido:
- Tené claro tu objetivo y quién tiene el poder de ayudarte: requerís clarificar qué es lo que vos necesitás y quién es la persona idónea para ayudarte. Si vos no tenés claro el mensaje, menos la persona que lo recibe. Si vos no sabés quién puede ayudarte, vas a perder el tiempo con gente que no te puede solucionar. Hacete preguntas como: ¿Qué? ¿Quién?
- A mayor interacción con la persona, es más fácil obtener resultados: lo más efectivo es ir a buscar a la gente en persona, lo segundo es llamarla por teléfono, lo tercero enviar un mensaje de texto y lo último enviar un correo electrónico. Usualmente mientras más esfuerzo e incomodidad genere en vos, más efectivo será. No subestimés el poder de estar cara a cara.
- Conocé a quien le hablás: cada persona es un mundo y percibe el mundo a su manera. Por esto es vital conocer a quien le estás hablando: cuál es su realidad y entorno, cómo habla esa persona, qué le interesa, sus deseos, preocupaciones y necesidades. Herramientas como los trabajos por hacer o el canvas de propuesta de valor te pueden ayudar a perfilar eso.
- Generá un sentido de importancia, urgencia e impacto: la persona debe entender por qué es importante lo que se le comunica, lo urgente que es atenderlo y el impacto que genera. Hay que meter a la persona en la situación y que comprenda lo esencial que es su apoyo y como crea una diferencia. Si no es importante, urgente y genera impacto ¿Para qué hacerlo?
- Sé asertivo, concreto y simplificá tu mensaje: las personas adornan mucho el mensaje o son indirectos por temor a sonar muy agresivos. Hoy en día la gente está muy ocupada y se desconcentra fácilmente. Enfócate en decir lo que tenés que decir, sin rodeos, sin palabras de más o explicaciones no solicitadas. Mantén simple lo que es simple.
- Sé el portador de las soluciones, la gente está cansada de los problemas: si bien es importante que las personas entiendan la situación, se debe ser propositivo y plantear pasos a seguir, acciones. Quien plantea las soluciones tiene el poder de elegir el camino. Es fácil apoyar a quien tiene una idea clara de qué hay que hacer, qué recursos se requieren y en qué tiempo.
- Llamá a la acción: La gente no es adivina y debe entender cómo ayudarte. Debes generar acción. Ponéle nombre a los que necesitas y pedílo directamente. Sé claro, concreto y específico. No puede quedar a interpretación. No puede ser consecuencia del azar. Las palabras sí pueden hacer una diferencia y generar cambio. Siempre y cuando llamen a la acción.
Dando un taller a estudiantes universitarios para formarlos como facilitadores para trabajar con niños. La actividad se llama el nudo y se usa para trabajar el tema de la comunicación.