¿Cómo sobrevive un startupero en un corporate?

Por David Morales Reyes

Hace tiempo leí un artículo de Jeremy Connell-Waite , directivo de IBM, dando algunos consejos sobre cómo sobrevivir en una gran empresa y, aprovechando, esta publicación para la newsletter de Chiefs , me apetecía escribir mi propia versión sobre cómo encaja un perfil que se ha desarrollado en el mundo startup cuando da el paso al mundo corporate o a un gran empresa más tradicional. Personalmente, estoy rodeado de amigos y compañeros que han dado el paso tanto hacia un lado como hacia el otro y voy a intentar resumir cuáles creo que son, en base a mi experiencia y la de mi alrededor, algunas claves para sobrevivir, en este caso, al pasar del mundo startup, a una gran corporación. 

1. Las reuniones pueden hundirte a las profundidades de tu agenda. En las empresas jóvenes, especialmente, las tech, las reuniones suelen estar (casi) prohibidas. Hay demasiadas cosas para hacer y nadie puede permitirse el lujo de bloquearse horas a la semana para acudir a mítines de dudosa productividad. Seleccionar bien cuáles son útiles, en cuáles tienes algo que aportar y fomentar el trabajo en asíncrono, te ayudará a coger algo de oxígeno en tu día a día.
2. No te dejes seducir por el mundo de los .ppt. Al igual que con las reuniones, la sensación de obligatoriedad de crear un .ppt para cualquier cosa, es contagiosa. Tienes la sensación de que si acudes a una reunión sin un soporte de más de 8 slides, estás haciendo mal tu trabajo. Prueba a no hacerlo una vez, a ver qué pasa. El 80% de las presentaciones que se crean no las lee nadie. Si tienes que hacer una, añade siempre un slide con las conclusiones y, si ves a alguien de tu equipo haciendo una, es que no está trabajando. 
3. Elige bien las batallas. Como en cualquier empresa, es imposible ganar todas las batallas, luchar todos los frentes. Elegir bien aquellas que crees que puedes conquistar y, sobre todo, que más impacto tendrán en el negocio, te ayudará a ahorrar mucha energía. Especialmente al inicio de incorporarte a una empresa grande, uno tiende a querer combatir hasta la última micra de ineficiencia. El tiempo te obligará a seleccionar bien dónde poner la energía o, si no, morirás en el intento.
4. Estira, pero no rompas la cuerda. El mundo startup se mueve a una velocidad, en general, mucho más rápida. Las estructuras más livianas, las cadenas de mando más reducidas y la combinación de ganas y necesidad hace que la rueda gire de forma más caótica, pero más rápida. Traer energía y empuje es muy positivo y seguro que le hace bien a la empresa. Empujar y forzar la máquina puede activar cosas y romper dogmas históricos. Intenta convertir los “no se puede” y los “siempre lo hemos hecho así” en “sí se puede”, pero cuestionar sistemáticamente el status quo ni te hace más listo, ni es positivo. 
5. El Digital no siempre (rara vez) es la prioridad. Si estás acostumbrado a que la parte digital o, más concretamente, el ecommerce es la prioridad de tu empresa, bien porque trabajabas en pure players, DNVB o similares, cuando llegas a una gran empresa, del sector banca, retail, o cualquier industria tradicional, la tortilla se da la vuelta. Salvo en aquellas con grandes planes estratégicos de transformación digital, normalmente no es fácil llevar a cabo proyectos ambiciosos. El share sobre el total del negocio suele ser pequeño y eso es lo que acaba definiendo las prioridades. Esto, aunque a un startupero le pueda hacer sentirse como conduciendo por la izquierda, no es más que un reto que requiere de evangelización, paciencia, talento y trabajo, ya que tiene una cosa muy positiva, y es que lo que hoy es pequeño, mañana será gigante y tú tienes la oportunidad de poder formar parte de su desarrollo. 

* Un ejemplo que ilustra muy bien esto es este podcast de Juana Roig y Mercadona Tech.

1. Ninguna consultora sabe más que tú sobre lo que tú más sabes. Por alguna razón, a las grandes empresas les encantan las Big 4, las grandes agencias y los SaaS más caros. Un famoso CTO dijo una vez que “si no quieres que te despidan, contrata a Oracle” haciendo referencia a que, si contratas al partner de más pedigrí, nadie podrá reprocharte que el proyecto salga mal porque no asumiste ningún riesgo innecesario. Si pienso en las startup donde he trabajado, probablemente la frase del CEO habría sido la opuesta: “Si quieres que te despida, contrata a [inserte partner caro]. Dicho lo cual, probablemente no te aporten gran valor en tu día a día, en tu campo de expertise, pero estoy seguro de que aportan muchas otras cosas (imagino).
2. Rodéate de las mejores personas. Aquí, como en cualquier ámbito de la vida, rodearte de las mejores personas te hará llegar más lejos y, sobre todo, disfrutar más del viaje. Compañeros más y menos veteranos que compartan ambición y energía así como un equipo con ganas de hacer cosas, de innovar, de crear, te ayudarán a aprender y a avanzar. 
3. Intégrate en la cultura y ejerce de líder ejemplar con valores. Si tienes la suerte, como es mi caso, de formar parte de una compañía con una cultura y unos valores fuertes y honestos, asúmelos como propios. Las mejores empresas y los mejores lugares para trabajar tienen un ADN que ejerce de pegamento entre todos los estratos de la misma. Compartir, creerte y defender la visión y la cultura de la empresa, cuando ésta es sana y tiene razón de ser, hará que tu integración dentro de ella sea mucho más sencilla. Si, por el contrario, los valores de tu empresa no te representan, replantéate si ese es el lugar dónde quieres trabajar. 
4. Los resultados son los que te acaban dando o quitando la razón. Quizá a unos pocos, y solo al principio, les importa qué has hecho antes o de dónde vienes, pero conforme pasan las semanas, lo único que te dará crédito son los resultados de lo que haces. Habla menos y ejecuta más. La gente te respeta profesionalmente por lo que consigues y, personalmente, por la forma en la que lo consigues. 
5. Escucha a los veteranos y aprende de ellos. En Telefónica o en Santander hay compañeros que llevan en la empresa más años que el logo. Todos, sin excepción, saben más que tú sobre cómo funciona la compañía. Tener la oportunidad de pasar tiempo con ellos, escucharlos y aprender de ellos es un regalo que te hará crecer más que cualquier otra cosa. 
6. El mundo startup y, especialmente, el sector tech, te empuja a trabajar para que tu puesto desaparezca, para ser más eficiente y dejar de hacer lo que haces para pasar a hacer otras cosas, siempre con mayor impacto, más grandes. Esto no siempre ocurre en los corporate y es normal porque hay mucha más gente. Aun así, anima a tus equipos a crecer, a que ambicionen que su posición desaparezca o evolucione en algo más eficiente y de mayor impacto. Si lo consiguen, la empresa les premiará seguro. 
7. Asume siempre el riesgo por ellos. A los que hemos crecido en empresas jóvenes, nos han educado con el eslogan “pide perdón antes que permiso”. Esto no siempre es una buena idea en empresas con grandes marcas y posiciones reputacionales gigantes. Aun así, en escalas más pequeñas y ámbitos más controlados, creo que es un eslogan sano y que empodera al equipo. Si comulgas con él y animas al equipo a seguirlo, asume tú siempre en primera persona el riesgo para que ellos puedan llevarlo a cabo con seguridad y certidumbre. Si sale bien, dales el crédito y, si sale mal, pon el pecho para recibir tú la bala. Al final, tú eres el culpable de encender la mecha. 
8. En el mundo startup tienes la sensación de que todos los días puede ser el último. Mañana te pueden despedir o, pasado mañana, la empresa puede no existir. No pierdas ese sentimiento y utilízalo para ser más productivo, estar más concentrado, generar más ideas y, especialmente, si estás en primera línea del negocio, mantener un nivel de intensidad más alto. 
9. La diplomacia y el networking se convierten en un arte. Ser un buen comunicador pasa a ser algo importante porque las audiencias se multiplican por 10 o por 100. Desbloquear proyectos importantes requiere de movilizar a más personas de las que estás acostumbrado y convencer o validar una inversión exige involucrar a muchas más personas. Relacionarse y entender las dinámicas de trabajo y los diferentes roles manageriales es clave para poder desenvolverse con cierta soltura en una estructura mucho más compleja que la de una empresa donde aún caben todos en una foto de familia con camisetas con el logo. 
10. Si puedes permitírtelo, disfruta del viaje. Es diferente, pero es enriquecedor, es retador, tienes la oportunidad de impactar a más gente y de tener acceso a proyectos y recursos superiores a los que estás acostumbrado. Compartir mesa con gente mucho más talentosa que tú, con más experiencia y de la que puedes aprender muchas cosas es, sin duda, una oportunidad fantástica. Si tienes la suerte de que te guste lo que haces y dónde lo haces, simplemente intenta pasártelo bien. 

Extra tip: Hay una cosa que es igual en una startup y en un corporate. El día de tu cumpleaños, te tocará llevar croissants. Puedes intentar pasar por debajo del radar, pero no será fácil. En el momento que alguien se entere de tu fecha de cumpleaños, no podrás salir de esa rueda. Y si te niegas, mejor ve actualizando tu perfil de Linkedin porque no te lo perdonarán.