Cómo un algoritmo salvó a los elefantes y cambió mi percepción del futuro

Pioneros en la oscuridad

Los elefantes africanos están en peligro. Sabemos eso. Lo hemos leído una y otra vez.

Pero las cifras no mienten: 35,000 elefantes africanos son asesinados cada año. Cazadores furtivos acechan en la oscuridad, buscando marfil que puede venderse por miles de dólares en el mercado negro.

Durante años, la lucha parecía perdida, como un juego del gato y el ratón donde los cazadores siempre llevaban ventaja.

Hasta que la IA entró en escena.

Cuando la tecnología tiene una misión

Uno de los tres proyectos de IA que trata el documental es el que más me llamó la atención. El proyecto TrailGuard, desarrollado por la ONG Resolve en colaboración con Intel, me mostró lo que significa ser pionero en la era de la IA. No son los más visibles, no son los que hacen más ruido, pero son los que están en la trinchera, utilizando la tecnología para solucionar problemas reales, complejos y urgentes.

Y lo hicieron con algo tan pequeño y sencillo como una cámara. Pero no una cámara cualquiera.

Esta era una cámara trampa equipada con un algoritmo de reconocimiento de imágenes entrenado para distinguir entre animales y humanos.

Y ahí fue donde sucedió la magia. Un algoritmo sencillo, basado en machine learning, aprendió a diferenciar los movimientos de los cazadores de los de los elefantes. Y lo hizo mejor que cualquier ser humano.

Más allá de los datos: el impacto humano

Pero lo que más me impresionó de esta historia no fue solo la tecnología, sino las personas detrás de ella. No se trataba de gigantes tecnológicos ni de empresas con millones de dólares en presupuesto. Se trataba de un grupo de personas con una misión y un propósito claro: proteger la vida salvaje.

Gracias a eso, ahora, los guardabosques reciben alertas en tiempo real cuando las cámaras detectan un cazador furtivo. En cuestión de minutos, pueden intervenir.

Este simple avance ha reducido los falsos positivos en un 95%. Cuando antes, las cámaras capturaban horas de imágenes irrelevantes, retrasando un exitosa intervención.

Esto confirma el poder transformador de la IA, incluso en sus aplicaciones más sencillas porque no solo debemos pensar en escribir textos o generar imágenes. Que entiendo que ayuda mucho, pero carece de misión.

La capacidad de la IA para procesar grandes cantidades de datos, aprender patrones y hacer predicciones está abriendo un sinfín de oportunidades para crear un impacto positivo en la sociedad.

Y es ahí, donde las marcas van a encontrar o deberían buscar sus nuevos objetivos de RSC y maneras de transformar la sociedad a través de la IA.

Predecir terremotos, crisis alimentarias no es cosa de ciencia ficción. Son realidad. Y están sucediendo ahora mismo, en proyectos alrededor del mundo que quizás nunca lleguen a ser noticia. Pero que son, en mi opinión, los verdaderos pioneros de la Era de la IA.

Porque, al final del día, no nos olvidemos nunca de esto, no se trata solo de tecnología. Se trata de las personas que están detrás de ella, que ven más allá de lo evidente, que se atreven a usar las herramientas que tienen a su alcance para resolver los problemas más urgentes del mundo.

Y si un simple algoritmo puede salvar a los elefantes, las crisis alimenticias y los terremotos ¿Qué otras maravillas nos esperan con la IA Generativa en estos ámbitos?