Cómo un líder crea una buena conversación
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Cómo un líder crea una buena conversación

Desde pequeño he sentido una gran fascinación por la vida y comportamiento de las personas. Es una curiosidad latente que me lleva a preguntarme por qué la gente tiene determinada conducta o creencia. Así, cuando no estoy en el escenario dando una conferencia o dictando un entrenamiento, suelo ser reservado.


Una amiga solía invitarme al café porque le encantaban las conversaciones que teníamos. En realidad, yo casi no hablaba. Luego, se hacia acompañar de otra persona y al final tenía el mismo efecto: las conversaciones conmigo eran muy agradables. Yo no notaba nada especial. Comprendí con el tiempo que mi curiosidad genuina por conocer a las otras personas era “mi secreto”, por así decirlo.


Lejos de lo que muchas personas imaginan, crear una buena conversación no tiene que ver con hablar mucho ni ser el que más tiempo lo hace. Más bien está en saber qué preguntar, dejar que la gente hable e identificar cómo estimular que sigan hablando.


De este modo, te voy a dar cinco recomendaciones que te ayudarán para que la gente quiera volver a conversar contigo.


1. Permite que los demás hablen

Si estás hablando, no estás escuchando. Oír con atención lo que la otra persona comunica te permite comprender mejor qué quiere decir y a la persona misma. Situación que jamás va a suceder si estás hablando. Escuchar es uno de los pilares de un buen liderazgo.


2. Haz preguntas abiertas

Se considera preguntas abiertas a aquellas que fomentan una respuesta que puede desatar una secuencia de ideas y experiencias. En cambio, una pregunta cerrada suele ser respondida por una de dos o más opciones. Nota la diferencia a continuación:

Pregunta cerrada: ¿Te gusta tu trabajo?

Pregunta abierta: ¿Qué es lo que más te gusta de tu actividad profesional?


No todos los temas que aborden las personas serán de interés general; no obstante, puedes llevar la conversación a través de preguntas a temas comunes. Por ejemplo, si habla un ingeniero, quizá a no es interesante saber los asuntos técnicos de tubos y mangueras, pero sí sobre el mercado o sobre el ambiente labora o sobre el liderazgo de la organización o sobre el sentimiento del ingeniero respecto a su profesión o las características conductuales que comparten los ingenieros.


3. Reafirma

Si el tema es de interés común, de vez en cuando parafrasea a la persona a modo de pregunta. Eso le da pauta para que siga hablando. Ejemplo:


—¿Qué es lo que más te gusta de tu actividad profesional?

—Son varias cosas, pero lo que más disfruto es cuando una persona que no conozco me manda un mensaje dando las gracias por haber escrito uno de mis libros.

—¿Te manda un mensaje para darte las gracias?

—Sí. Y se siente muy bonito porque me hace pensar que todo el esfuerzo para escribir y publicar mis libros, de verdad, tiene un impacto positivo.

—¿Tiene un impacto positivo?

—Claro. La gente aprende cuando, bla, bla, bla…


Toma en cuenta que es un ejemplo. Quizá no sea necesario que parafrasees tan rápido dentro de una conversación real.


4. No lleves la contra

Si consideras que una persona está diciendo puras tonterías, no se lo hagas notar de modo directo. Mejor tómalo con calma y sigue este proceso. Primero explora si la persona tiene capacidad de reflexión, de argumentación y apertura para oír otras posturas. En caso de que haya apertura, tendrás una tarde amena y de aprendizaje.


Para descubrir lo anterior haz lo siguiente: cuando la persona haga su afirmación, darás tu punto de vista como si complementarás lo que dijo. Ejemplo:


—Es que el lenguaje corporal es una mentaría. El cuerpo no dice nada, no habla.

—Es cierto que el cuerpo no habla como tal, tienes razón; además, hay que pensar que para interpretar los movimientos corporales es necesario ubicar el contexto de la situación.

Respuesta 1: —No importa el contexto. Todo es un invento de la persona que enseña el tema para ganar dinero.

Respuesta 2: —Eso es lo que me hace dudar. Un plato es un plato en cualquier situación, pero si me froto la frente, significa algo diferente de acuerdo con el contexto.


Si obtienes la respuesta 1, discúlpate para ir al sanitario y huye de inmediato... ok, ok... es broma. Solo lleva la conversación a otro tema donde la persona en cuestión opine menos.


5. Amarra tu ego

Una cantidad enorme de la gente quiere ser el centro de atención. Necesitan reafirmar su valor a través de ser escuchados y “aparentemente” alabados por su forma de pensar. Al menos eso es lo que desea el ego de casi todos.


Durante la conversación, van a existir momentos en los que quieras dar tu opinión; ya sea para complementar lo que se dice o para refutar lo que comparten. ¡Calma! Mejor escucha y reflexiona. Quizá no sea necesario que digas algo.


Ahora bien, hay contextos donde la gente que te acompaña deseará que tu conversación sea más activa. Puede ser porque algo en tu perfil les parece interesante. Lo sabrás por el tipo de preguntas que te hagan y la cantidad de estás. No obstante, en lugar de pensar “llegó mi momento de brillar”, regresa las preguntas hacia las personas que te acompañan para que todas compartan por igual y sientan que son importantes para ti.


¿Cuál es tu experiencia?¿Cómo complementarias estás acciones? 

Luis Rico Garza

Instructor de Capacitación / Facilitador Mindfulness / Especialista de Planeación, Distribución y Logística / Customer Experience /

1 año

¡Gran artículo Ariel! La habilidad de liderar conversaciones es clave en cualquier ámbito. Escuchar activamente y hacer preguntas abiertas son herramientas poderosas para mantener la atención de los demás. Gracias por compartir.

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