#Campaña 2019
Y de pronto la campaña política con primera parada las PASO llegó y se está haciendo presente en los grupos de WhatsApp, en los spots de Televisión (por ahora no pagos), en las presentaciones de los libros, y desde ya en todas las redes sociales con que la mayoría de los Argentinos interactúa día a día.
El poder de la tecnología y el mostrar un acto con 10 o 100 personas, pero que vean miles en las redes sociales, es el mecanismo que utilizan hoy todos los candidatos, del amplio espectro político, los Fernandez, Macri, Vidal y el todo terreno Pichetto, Espert y sus jóvenes libertarios o el tándem desdibujado Lavagna-Urtubey, pasando por todas las expresiones de la izquierda. (hasta habría que analizar si el banquito de Del Caño en su pose fotográfica, no fue incluso un acto de campaña).
“Si no lo subis, no existis” aquella frase acuñada ya hace una década por sociólogos refiriéndose a los adolescentes y su culto de la participación en las redes sociales, hoy es un mandato de campaña, y debe venir acompañado de un grupo de trolls, robots, especialistas en inteligencia artificial y big data que colaboren para que aquello que pasó se multiplique miles de veces y llegue a todos los usuarios de Redes. En la Argentina el 62 % de la población utiliza una o mas redes sociales a diario.
No es posible ganar una elección si el/la Candidata no postea, sonríe, come medialunas o visita un jardín maternal, sin el ineludible hashtag que acompañe a la acción o el link del video se convierta en viral, a partir de algún detalle o comentario hasta exagerado que ayude a compartirlo.
Los actos masivos, de un millón de personas, si leyó bien, un millón de personas en las calles fue una constante en los cierres de campaña de Alfonsin y Luder, allá por el 83, hoy todo es distinto y si bien los candidatos y sus community managers buscan engrosar los seguidores, ese número es solo virtual y no siempre representa la gente que esta dispuesta a votar por tal o cual postura.
Se sabe que si dividimos la cantidad de los 2165 municipios en las 24 jurisdicciones que está organizado el país, eso da que cada candidato debería mensualmente tener que visitar por día 72 municipios. Tarea imposible por razones presupuestarias, de distancia y hasta climáticas. Es ahí entonces el porqué de tanta tecnología puesta en la campaña y la justificación que en todos los frentes solo se dedicarán a los grandes centros urbanos. Los Argentinos en promedio utilizan 4 horas al día el celular y lo que pueda registrarse y/o reproducirse en las pantallas, será clave al momento de la votación.
En ese sentido, pareciera que hay una ventaja en el campamento de los globos multicolores en comparación con el bastión otrora de los bombos y las marchas, esa ventaja vendría asociado entre otras cosas en la modernidad del partido (el PRO nació en el 2003; y el PJ en 1945), en una apuesta en la orientación de los recursos hacia la tecnología, en un jefe de Campaña que hoy está 24/7 enfocado en la misma y en un impulso de la sociedad que, una vez más, en los grandes centros urbanos tiene casi una adicción al uso de las tecnologías.
Ahora bien, no todas las campañas son virales ni virtuales, si así lo fuera bastaría con sembrar en todos los ámbitos imágenes de los candidatos, videos donde se apela a ciertas conductas provocativas para generar empatía, buscar posicionar temas donde quienes defienden esa postura se sientan cómodos, exponer a ciertas personas con archivos del pasado reciente o no tanto, hacerles preguntas incomodas que luego se viralicen y un sinfín de acciones que hoy la Camarita de un teléfono celular puede subir, editar e incluso falsear. (las fake news, es un fenómeno que llego para quedarse).
De lo anterior expuesto queda claro que no es lo único para ganar o restarle votos al oponente, pero que alcanza para molestar no queda duda.
Estamos a menos de un mes de las PASO, en la semana donde falleció el Ex Presidente De La Rúa, (ojalá Macri haya aprendido de él, algunas lecciones duras de traiciones y compromisos no asumidos) Alberto Fernández nos exhibió que entiende por su comprensión hacia el periodismo y el Fondo y el Dólar continúan colaborando con el crecimiento en las encuestas de Juntos por el Cambio.
Todo sigue girando alrededor de un gran cuestionamiento como venimos remarcando, ¿Qué será mas fuerte el miedo de que vuelvan por todo o la decepción de continuar con un modelo que aún no da frutos?
De ambos lados y en las redes sociales como centro neurálgico de las campañas se sigue prometiendo Un mundo mejor, que claro, como es virtual, Es posible que así ocurra.
Hasta la semana que viene.