Cannabis en Colombia 2020: Avances, predicciones y retos
El 2019 marcó el despegue de la industria colombiana de cannabis. En tan solo 4 años, logramos crear una industria que ya exportó derivados de cannabis a 4 continentes, algo de lo que debemos sentirnos satisfechos y sinceramente debemos aplaudir. El 2020 se presenta como un año lleno de oportunidades para que sigamos ganando altura, más sin embargo no cesa la turbulencia.
De 2019 nos quedan enormes avances. La marca Colombia sigue siendo sólida y bien percibida por los inversionistas, prueba de eso fue la gran cantidad de eventos y ferias que tuvimos en el país incluidas una MJBizCon, la de Arcview Group y otra micro conferencia de la Cannabis Society.
Desde la SIACOMEX Cannabis Division, podemos dar fe de cómo las comunicaciones entre los diferentes eslabones de la cadena de abastecimiento ha mejorado. Este año logramos mejorar el flujo de comunicación entre las autoridades involucradas (Fondo Nacional de Estupefacientes, Policía Antinarcóticos, DIAN, etc), junto con el apoyo de Procolombia y Asocolcanna, la logística para la exportación de productos a base de cannabis ha ganado agilidad tras las casi veinte exportaciones, principalmente de CBD que se hicieron en 2019. Por eso al dia de hoy, ya podemos decir con total seguridad que exportar derivados de cannabis desde Colombia es completamente posible, solo necesitamos saber adaptarnos a los mercados a los que exportamos.
2020
En el plano global, si bien países como México, Argentina, España, algunas naciones del caribe, han anunciado intenciones de abrirse al cannabis netamente medicinal, estamos lejos de ver una industria internacional considerable. En general, los marcos regulatorios seguirán en suspenso en todo el mundo, avanzando lentamente por separado. En este aspecto nuestra regulación sigue otorgándonos una ventaja.
Canadá y Estados Unidos: estos mercados llevan una clara ventaja, no obstante, ambos modelos siguen enfrentando dificultades. Las grandes IPOs canadienses han sido claramente golpeadas por la debacle bursátil del Q3 y Q4 2019, lo cual no las ha desmotivado, pero si las ha obligado a replantear su estrategia y en algunos casos a relevar sus altos ejecutivos. En 2020, es apenas normal que veamos como los inversionistas canadienses adopten una posición más cautelosa mientras corrigen los errores, algunos muy costosos, de años anteriores.
En Estados Unidos el enredo no es menor, si consideramos que cada estado tiene un marco regulatorio y legal diferente. Por eso los estadounidenses están actualmente con las manos llenas y eso les basta por ahora. Ante la gran abundancia de productores, el 2020 será el año en que la inversión interna pase de la producción a los servicios auxiliares. El Ancillary será el enfoque en Estados Unidos, lo cual significa una industria mucho más diversa, robusta y sólida que ya incursiona en sus propias plataformas de pago, software, tecnologías anti falsificación, etc. De esto debemos estar muy pendientes en Colombia, porque el día que sea legal federalmente, los empresarios e inversionistas de EEUU van a salir a comerse el mundo, como es su costumbre.
El mayor enredo como siempre reside en la política. En este aspecto, personalmente creo que Trump y el partido republicano en el congreso, decidieron guardar el MORE y el SAFE Banking Act para poder usarlos como comodín electoral y ganar “votos cannábicos” antes de las presidenciales del 3 de noviembre de este año, para de manera abrupta desenredar la pita del cannabis a nivel federal, o al menos acercarse mucho. Algo que comparten otras personas con las que he podido hablar acá en norteamérica y también la CEO de Akerna, Jessica Billingsley en su lista de predicciones para 2020. En fin, con Trump nunca se sabe, quizá en medio de un arrebato podría hacernos el favor. O quizás gane Bernie, quien anunció legalizarla por decreto presidencial en caso de ganar.
LOS RETOS.
Sin la intención de sonar pesimista, siento la necesidad de hablar de los retos que necesitamos resolver para que la industria colombiana de cannabis florezca, alcanzando un nivel competitivo y sobretodo sostenible, que multiplique los beneficios hasta una escala nacional. También quiero hablar de los retos porque de las bondades y los billones de dólares ya han hablado los medios masivos hasta el aburrimiento.
La exploración: el perfil netamente exportador de la industria del cannabis en Colombia nos ha empujado a encontrar clientes y canales de distribución en todos los mercados posibles. En 2019 llegamos a mercados tan diferentes como Sudáfrica, Inglaterra, Estados Unidos y una pequeña pero simbólicamente valiosa exportación a Argentina. En las numerosas conversaciones que los miembros de la SIACOMEX Cannabis Division hemos podido tener con empresas de todos los tamaños hemos escuchado posibilidades de exportar a al menos 5 nuevos destinos en Europa, Australia, Nueva Zelanda, 6 estados adicionales en Estados Unidos y destinos tan exóticos para el cannabis como Japón y Corea del Sur.
Nuestra necesidad exportadora será nuestra mayor fortaleza en el futuro cercano. El reto consiste en seguir sentando precedentes legales y aduaneros que cobijen las operaciones posteriores, de los diferentes nuevos productos a los diferentes países a donde logremos cerrar negocios. De esa manera encontrar nichos y alcanzar una consistencia que nos prepare para la eventual masificación y liberalización de la industria a nivel mundial. Si queremos tener ventajas competitivas necesitamos ser capaces de encontrar oportunidades en medio de las dificultades y seguir ampliando la ventaja.
El Aguante. En temas regulatorios el 2020 no va a tener muchos avances. La industria del cannabis debe recuperarse tras el colapso en las bolsas norteamericanas, el cual a mi juicio no debería alarmarnos tanto; sugeriria verlo como un reajuste a las reales proporciones de la industria. Adicionalmente, en USA es año electoral y la disputa bipartidista seguramente aplazará cualquier decisión importante durante este año. Es decir, en términos regulatorios el 2020 no pinta mucho mejor que 2019. No obstante, la industria no pierde el ímpetu y eso se pudo ver en MJBizCon en las Vegas, pues la feria de 2019 aumentó 30% en expositores y asistentes respecto al año anterior. Contra viento y marea, la industria del cannabis sigue creciendo de manera innegable.
Esto para Colombia es en el fondo un beneficio, porque precisamente nos permite seguir guardando la ventaja que la ley 1787 nos dio frente a potenciales competidores directos. Esa buena partida que llevamos al frente, sigue siendo la razón principal para perseverar y soñar con una industria sólida. Depende únicamente de cómo sepamos sacar provecho de ella independientemente de las dificultades, al mismo tiempo que internamente damos pasos hacia una industria sólida.
Para quienes están buscando dinero será un año de puro y duro aguante. Este es el momento cuando más bajo ha estado el valor de las empresas de cannabis. Tras el estallido de la burbuja cannabica, los inversionistas y empresas canadienses van a tener que apretarse el cinturón y lograr resultados rápidamente. Los inversionistas estadounidenses y europeos, siguen enfocados en sus oportunidades y complicaciones locales, por lo tanto están a la espera de ver los resultados de quienes ya invirtieron en Colombia. Así las cosas, tenemos que esperar que orgánicamente, las empresas que ya operan en Colombia reporten resultados positivos para que vuelvan a subir los precios y el interés de los inversionistas. Esto va a suceder, tiene que suceder, y existe la posibilidad que suceda todo en este mismo año.
No se alarmen, los inversionistas de Estados Unidos y Europa siguen muy interesados en el cannabis colombiano y a medida que encontremos soluciones a estos desafíos, seguramente aumentará ese interés.
Mercado Interno.
En el podcast con Alfredo Pascual mencioné que el reto más importante ahora mismo para las empresa de cannabis colombianas es el de concretar acuerdos con compradores y medios de distribución en los mercados a los cuales estamos exportando. Y eso va a seguir así, pero debemos como país y como gremio, ponernos de acuerdo en que no podemos sobrevivir como una industria netamente exportadora. La ausencia de un mercado interno le impide a las empresas colombianas la posibilidad de lanzar productos y marcas, crear un conocimiento del mercado y de relación con sus consumidores/pacientes, recopilando datos y estadísticas, mejorando procesos, de tal manera los productos se mejoran y la competitividad aumenta.
Desafortunadamente, en el aspecto donde más corto se ha quedado Colombia frente a la ley 1787, es el de mejorar el acceso de los pacientes colombianos al cannabis. Aparte de la Guía de buenas prácticas emitida por el INVIMA, los pacientes siguen sin tener acceso al CBD
En el campo del consumo masivo, esta año fueron introducidas al mercado colombiano dos marcas Kuida y Pura Earth, dando partida al mercado interno de productos de cuidado corporal. Sin embargo, en días recientes una microempresa, BIONNABIS publicó como sus redes sociales han sido bloqueadas sistemáticamente y también plataformas de venta en línea como Mercado Libre. Lo cual demuestra el desconocimiento y falta de información en la opinión pública nacional y la industria en general, en torno al cannabis.
En términos matemáticos, Colombia tiene un mercado con tanto potencial como el canadiense pero, si no le damos una estructura al mercado del cannabis en Colombia hacia la creación de un mercado interno, nuestra industria deberá limitarse a los mercados extranjeros y el impacto real del cannabis en Colombia sería considerablemente reducido. La ley abrió la puerta para el cannabis medicinal, ahora se hace urgente que los pacientes y consumidores colombianos tengan acceso a estos productos, al menos de CBD, y que los productores de cannabis legal tengan los mismos derechos que los demás comerciantes.
Transporte terrestre y otras licencias
En cualquiera de los escenarios que vaya a desarrollarse nuestra industria, existen aún diversos vacíos regulatorios básicos. Entre los más urgentes por resolver está el del transporte terrestre local, para mejorar la circulación y la logística de toda la operación nacional. Ya sea para exportación o para insumos o simples tránsitos de flor entre cultivos y laboratorios.
Desde SIACOMEX y nuestros aliados hemos trabajado en conseguir empresas transportadoras que cumplan con los requisitos de seguridad y si bien hemos encontrado interés, es poco lo que se puede hacer mientras no existan los permisos para que un tercero preste el servicio de transporte para productos que contengan derivados del cannabis. Así mismo, observando modelos como el de Oregon y California, necesitamos regular los servicios y productos adicionales asociados a nuestra industria en territorio nacional.
Estándares y precios
La competitividad del cannabis colombiano, por ahora depende en un 100% del mercado internacional y de nuestra capacidad para adaptarnos en términos de calidad y precio. En ninguna parte del mundo están muy claros los estándares ni los precios. Hemos visto amplios rangos en los precios en diversos lugares del mundo, los cuales están por debajo de los precios proyectados hace un par de años y por los que mucha gente se metió a trabajarle al cannabis. Por eso, el escalamiento de nuestra industria se hace urgente, para que nosotros mismos podamos encontrar rápidamente el punto óptimo entre calidad y precio que le permita a los productos de cannabis colombiano, cumplir como el país perfecto del cannabis de primer nivel a bajo costo.
Diversificar
La industria del cannabis en Colombia se apoya sobre ciertos pilares. El primero son las licencias y el cumplimiento (compliance) de la ley colombiana, luego está el paradigma medicinal que rige legalmente a nuestra industria y también el de la integración vertical que han aplicado las grandes empresas multinacionales de cannabis. Algunos sectores de la industria no se permiten pensar por fuera de esos límites y algunos pequeños empresarios tienen la impresión que están obligados a copiar este modelo al pié de la letra.
Lo que todos sabemos es que el modelo de la integración vertical es muy costoso y sinceramente está fuera del alcance de una pequeña empresa colombiana. Por eso es necesario que de manera creativa deconstruyamos estas concepciones y busquemos formas alternativas de desarrollarnos.
Integración
Todo lo anterior se reune en nuestra capacidad de integrarnos a las operaciones de la industria internacional. Mientras el panorama regulatorio siga siendo tan restrictivo y que debamos seguir creciendo en medio de una industria constreñida por los fantasmas del pasado, los exportadores colombianos deberán cumplir con el Compliance del mundo y ser capaz de aportar los documentos, certificados, precios y estándares que nos pide el mundo, como también la trazabilidad de los procesos, operaciones y productos que distribuimos.
Para eso, en SIACOMEX ya hemos podido contactar agencias de aduanas, firmas de abogados, consultores en otros países del mundo para poder ofrecer un servicio más integral y con mayor alcance. También, estamos en conversaciones con empresas de software Seed to Sale quienes están muy interesadas en el mercado colombiano y evidentemente su vocación exportadora. También nos han contactado varios proveedores internacionales de maquinaria e insumos que ven con mucho interés el mercado colombiano.
El 2020 será un buen año para los más disciplinados y quienes sepan manejar sus recursos con mayor cautela y con mayor eficacia. La carrera por alcanzar los estandares internacionales se hace aún más urgente cuando consideramos que debemos ser una industria consistente destinada exclusivamente a la exportación y eso nos demanda un nivel de astucia que nos permita competirle a los estadounidenses en Estados Unidos y a los europeos en Europa.
Hace cuatro años cuando salió ley 1787 nunca habría creído que podríamos competir, pero tras ver que en 2019 exportamos a muchos lugares del mundo de manera completamente legal, estoy absolutamente convencido de que si podemos seguir llevando el cannabis colombiano allá donde la regulación lo permita. Mi única predicción este año para Colombia es que vamos a crecer. Inexorable e inequívocamente, la industria colombiana de cannabis solo tiene una dirección y es para arriba, a pesar de las dificultades tenemos con qué.
Mario Pinzón.
Abogado Socio MP en ACUÑA, ACUÑA & BERMUDEZ
4 añosBuen recuento y análisis de lo que viene para el 2020!