LECCIONES PARA ARGENTINA: QUÉ OPINA SOBRE LATAM EL DIRECTOR EJECUTIVO DE AURORA, LA PRINCIPAL EMPRESA DE CANNABIS MEDICINAL DE CANADÁ
Miguel Martin, CEO de Aurora ofrece importantes definiciones y lecciones que deben ser atendidas por quienes ingresan al mercado, en especial hago énfasis nuevamente en el error de la proliferación de empresas públicas en Argentina.
La empresa canadiense Aurora atiende aproximadamente a unos 60.000 pacientes activos de cannabis medicinal, lo que la convierte en la número 1 en términos de participación de mercado. En una entrevista recientemente publicada en Mjbizdaily, Martin cuenta sobre la difícil tarea de transformación que comenzaron 3 años atrás con respecto a su modelo de negocio y que acaba de culminar, exitosamente, presentando utilidades positivas en el último trimestre por 1,4 millón de dólares canadienses (1 millón de dólares estadounidenses). Asimismo, recuerda que cuando decidieron comenzar ese proceso de reestructuración del negocio, poco antes de que él asumiera como Director Ejecutivo el 8 de noviembre de 2020, la compañía reportó una pérdida neta de 3300 millones de dólares canadienses para su año fiscal 2020.
Como venimos afirmando ya hace tiempo, el sobre stock o la falta de compradores para la producción fue uno de los principales ejes que motivaron tal reestructuración. Cuando Aurora anunció su revisión corporativa en febrero de 2020, un comunicado de prensa describió la necesidad de “reducir significativamente la base de gastos de la empresa, racionalizar los gastos de capital y alinear mejor su balance con las condiciones actuales del mercado”. En otras palabras, Aurora, como la mayoría de los grandes productores de cannabis de Canadá en ese momento, cultivaba mucho más cannabis del que podía vender.
Ya contamos en otro artículo que el año pasado Canadá desechó más cannabis del que vendió, fueron unas 425 toneladas desperdiciadas contra unas 390 toneladas vendidas.
Martin dijo sobre el exceso de cultivo: "Simplemente no había camino para hacerlo funcionar".
A principios de 2020, antes de que Martin fuera director ejecutivo, una presentación para inversores presumía que la capacidad de cultivo de la empresa era de 150.000 kilogramos por año, en 11 sitios en tres países. Ese año, Aurora vendió 51.441 kilogramos (56,7 toneladas) de cannabis, sólo un tercio de los 152.740 kilogramos de marihuana que cultivó ese año. Y de estos 11 sitios de cultivo, solo cuatro están operativos hoy.
En Argentina, debemos tener unos 150 mil usuarios aprox. registrados en el REPROCANN donde la gran mayoría se inscribe con el propósito de contar con la autorización de autocultivo y porte, por lo que no sería correcto verlos como potenciales consumidores de los productos hechos por las empresas estatales o público-privadas en gestación u operativas en el país. Recordemos que en Argentina ya contamos con 4 medicamentos a base de cannabis autorizados por ANMAT (LIF, CONVUPIDIOL, KANBIS y CBD 10).
Por supuesto que el negocio no se reduce solamente en los medicamentos de grado farmacéutico, pues las posibilidades de industrialización de la planta se cuentan de a decenas de miles, pero para poder desarrollar otras aplicaciones hay que prestar especial atención a la incertidumbre regulatoria, más teniendo en cuenta la coyuntura política de la región, donde en las últimas décadas se acentuó muchísimo, elección tras elección, el cambio de los signos políticos que acceden a los diferentes gobiernos, pasando en el mayor de los casos, de izquierdas a derechas y de derechas a izquierdas con visitantes esporádicos en la famosa avenida del centro, de esta manera se dificulta mucho la implementación de políticas públicas a mediano y largo plazo. En Argentina, por ejemplo, no sabemos de manera oficial cuál va a ser la política con respecto al sector en un eventual cambio de signo político en el Sillón de Rivadavia.
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En este sentido, Miguel Martin nos brinda una visión interesante.
Martin dijo que él y su equipo usaron una "matriz" para impulsar la toma de decisiones. “Lo primero en esa matriz, que es un poco atípica para la mayoría, sería nuestra confianza en el proceso regulatorio”, dijo Martin en la entrevista. ¿Por qué? - Este nuevo enfoque refleja el papel importante que desempeñan las reglamentaciones de un país respectivo en la búsqueda de ventas potenciales y consistentes.
Martin describió que la matriz tiene varios "cuadrantes" o pilares, que incluyen:
Certeza regulatoria.
Cómo un mercado se apoya en las ventajas corporativas de Aurora.
“Tamaño del premio”, refiriéndose a las ventas potenciales. “Hay algunos lugares donde simplemente no vale la pena”, dijo, citando a México como ejemplo.
“De vez en cuando, México perfila para legalizar el cannabis, todos se emocionan y luego desaparece, porque hay elecciones”, dijo.
“América del Sur (y Centroamérica) no parecía tener la estabilidad del proceso político para que nos sintiéramos cómodos con la inversión masiva que teníamos en cuatro países, así que lo reducimos a uno”, dijo. En cambio, Martin ve un "proceso regulatorio reflexivo basado en la ciencia" en países como Australia, la República Checa, Alemania, Israel, Malta y Polonia.
Hace cinco años, prácticamente no había nada que diferenciara a las Auroras y Canopys de la industria. Muchos inversionistas alentaron a los ejecutivos a tomar malas decisiones construyendo “el invernadero más grande del mundo” o “siendo los primeros” en tantos lugares como fuera posible; olvídense porque no hubo ventas reales allí.
Insistimos, una cosa es arriesgar el capital propio embarcándose en un mercado altamente competitivo y con grandes incertidumbres regulatorias, pero otra cosa muy distinta es arriesgar los fondos públicos, ya sabemos como terminan esas historias.