Capitanes autonombrados

Imagina que tu deseo es convertirte en el mejor líder. Quieres que tu empresa crezca y su desarrollo sea soberbio. Supremo. Perfecto. ¿Qué haces? Creas un manual de procedimientos para cada uno de los aspectos de la empresa. Controlas no solo la hora de entrada, sino la forma de entrar. Controlas la forma de prestar proyectores, la forma para solicitar permisos, el momento para contestar llamadas de celular o el orden en que los empleados van al baño. ¿Te suena extremo? Lo es; sin embargo, sucede.

En ocasiones, como líderes, ‘creemos’ que la forma de crear el mejor equipo es controlando cada momento, movimiento, proceso y circunstancia. Y nos convertimos en ‘Capitanes autonombrados’. Este es un término acuñado por Lou Tice en su libro Smart Talk y se refiere a los controladores del mundo: sólo tú entiendes lo que es bueno, moral, ético, proactivo, inteligente y recomendable, por lo tanto, ‘debes’ decirles a todos cómo vivir, cómo trabajar, cómo hablar, cómo comer, cómo ser.

Si te reconoces, sabrás que esto te lleva a un mundo de ansiedad, enojo, frustración e inseguridad porque las cosas no necesariamente salen como tú deseas; y eso, eventualmente, hará que los demás se alejen de ti y que tu equipo no avance. Tus colaboradores se sentirán amenazados, cohibidos, nerviosos y asustados. La creatividad y la proactividad desaparecerán.

Lou Tice llama ‘zonas restrictivas’ a las conductas que limitan tu potencial como líder. Son fácilmente identificables. Si te niegas a nuevas opciones, evitas salir de tu zona de confort, te haces la víctima, criticas a todos en todo momento, tratas de arreglar la vida de los demás, te sientes responsable por el error de todos los que te rodean, declaras constantemente que tú mandas, te encierras en tus métodos y crees que la tolerancia es un medio para el estancamiento, ¡cuidado!, vives encerrado en las zonas restrictivas.

“La madre Teresa dijo en una ocasión: puedo hacer lo que tú no puedes, y tú puedes hacer lo que no puedo; juntos podemos lograr grandes cosas.”

Si acostumbras resolver cada situación de tu empresa, tus colaboradores se acostumbrarán a ello y dejarán de esforzarse y de buscar soluciones. Así, es importante que tu equipo de trabajo busque alcanzar metas y salir, en conjunto de la zona de comodidad.

Para desarrollar tus ‘zonas constructivas’, entonces, el primer paso es tener confianza en tus subalternos; por algo están contigo, por algo los contrataste. Demuestra tu confianza ante la decisión que tomaste al incluirlos en tu empresa.

¿Quieres que todos formen un buen equipo? ‘Cambia tú, no los cambies a ellos’. Este es el mejor consejo que Tice otorga. El cambio es una aventura positiva; pierde el miedo. No puedes andar por la vida criticando a todos, es más fácil reflexionar, relajarte y aceptar que hay cosas que no te corresponde cambiar –o “mejorar”. Si alguien se niega a crecer y avanzar, busca motivarlo no empujarlo. Si aun así no avanza, sigue tu camino, sigue avanzando con los que sí quieran seguirte, pero no te lo tomes personal.

Respeta el momento, las circunstancias y el contexto de tu equipo. No todos están preparados para el crecimiento; a veces encontrarás resistencia a tus propuestas, no te desesperes; se paciente y pide que te enseñen lo que tal vez no alcanzas a entender. Es incómodo, pero te permitirá crecer. Se flexible. Escucha a todos. Cuida la dignidad de tu equipo. Desarrolla un grupo corresponsable. Reconoce el ingenio y la creatividad. Con ello, pronto encontrarás que tu equipo trabajará mejor y construirá nuevas posibilidades.

Inténtalo. Transfórmate y déjame escuchar tus experiencias. Estoy segura que entre todos podemos mejorar la salud de nuestras empresas y de nuestras vidas.