Cargo, cargo… cargo

Les voy a contar un secreto... Más bien el “secreto de un secreto”. Los cargadores deberían tener sonido. Un buen par de parlantes que mientras uno transita y pasa cerca de uno de ellos, automáticamente comience a repetir “Cargo, cargo… cargo”. Con la misma cadencia de la típica llamada de un “arbolito” haciendo oferta de dólares en las calles en el mercado ilegal de cambio de divisas (Cambio, cambio… cambio). Porque en Argentina, lograr conocer dónde están ubicados los cargadores es una tarea similar a la de conseguir el mejor precio para el cambio de moneda: Todos saben que existen. Pero pocos conocen dónde están.

Les voy a contar una historia que en marzo llegará a nuestro Programa de TV. Pero que por ahora me gusta la idea de contarla al viejo estilo de la gráfica: Salí a la ruta con el híbrido y me arrepentí de no haber ido con un “EV puro”.

Hace unos días me invitaron a conocer Villaguay. Una hermosa ciudad que aún conserva la tranquilidad de los pueblos del campo argentino (y por ello me gusta más llamarlo “pueblo”). Cuando el sol “pega más”, todos se van a dormir la siesta y luego las tardes se prolongan en locales céntricos sentados en las veredas tomando algo y compartiendo historias. Y así fue que yo me senté en una de esas concurridas mesas donde la charla se nutre de anécdotas. Como “sapo de otro pozo” quise contarles una historia… Pero me miraron con una extraña mezcla de “eso no le importa a nadie” y “¿Ahhh para eso era?”. Apenas les dije que les iba a hablar “del cargador allá en la ruta”.

Ingresé a Villaguay por la R-18 y lo primero que vi fue un pequeño tinglado con un cargador. No imaginan la alegría al ver que aunque no esté documentado y casi ni siquiera señalizado. Un pequeño “Tipo-2” estaba allí, esperando a que alguien levantara su tapita redonda y colocara el conector que la empresa alemana Mennekes hizo famoso. Me prometí a mí mismo luego tomar una foto, y seguí mi camino hacia el centro del pueblo.

Aquí surgió la primera cosa que me llamó la atención. En apenas unos segundos me había dado cuenta que el cargador “estaba solo”. No había nada cerca de él. Una pequeña y alta edificación aparentaba ser una oficina de información turística o apenas un indicativo de la proximidad del pueblo. Pero a ambos lados… nada. Esos inmensos verdes afectados por la larga sequía y nada más. Lo voy a resumir así: Pasaron poco más de 4-Km “de campo” hasta que comenzó realmente el pueblo y luego otros 2.5-Km más hasta llegar a la plaza central y detenernos a sacar unas fotos y terminar queriendo contar esta historia en alguno de los bares que la rodean.

Pronto me di cuenta que todo atenta en contra del pequeño cargador que espera quien lo utilice mientras se aburre bajo el sol: Colocar un cargador en una “rotonda” rodeada de campo atenta contra su uso. Y lo digo por varios motivos. Primero porque no es un lugar donde uno quiera estar esperando que el EV recargue “un par de horas” bajo 40º al sol apenas oculto por el pequeño tinglado. Segundo porque uno no tiene nada que hacer ni donde estar y ni siquiera instalaciones sanitarias mientras pasan las horas necesarias para la recarga. Tercero porque una desolada ruta no es el lugar más seguro en cuanto a robos significa. Y se me ocurren varios motivos más por los que nunca utilizaría un cargador en tan remoto lugar.

Al llegar la hermosa plaza central, me di cuenta del primer enorme error en la instalación. En ella hay muchos lugares muy bonitos para que quienes están cargando, puedan sentarse y relajarse mientras el EV se recarga. Incluso tenemos una vereda casi completa utilizada por el edificio Municipal (muy bien mantenida su fachada), donde cómodamente una pequeña dársena podría alojar el cargador y un EV y así todos estaríamos muy agradecidos al Gobierno Comunal en nuestro paso por el pueblo.

Cuando en marzo nuestro programa vuelva a la señal continental de GarageTV, les contaré esto en forma un poco más completa y con unas muy interesantes entrevistas a Luciana Silva, la Directora de Medioambiente. Una excelente persona que nos atendió como si fuéramos ganadores del Pulitzer en gira mundial. Pero ahora en esta historia donde me he tomado el atrevimiento de traer los hechos con libertad y hasta un poco de fantasía en la narrativa… Les diré que lo primero que me enteré es que “nunca vieron a nadie utilizando el cargador”.

¡¡¡Pero seguro!!! Nunca lo van a ver por 2 motivos: El primero es que nadie puede ir a 6.5-Km de distancia “del pueblo” a ver “si lo usan”, y el segundo porque seguramente hace poco lo pusieron y nadie lo conoce.

“Año y medio al menos”. ¿Qué? Sí repitió ella. "Está allí encendido hace como un año y medio".

Y acá usted, estimado lector, comienza a entender eso de “Cargo, cargo… cargo”. Ese cargador y al menos una docena más están distribuidos en toda la provincia de Entre Ríos en una obra que se comenzó hace ya más de 2 años y donde la gran mayoría ya están activos y “ready to charge”… Pero nadie lo sabe (y eso incluye a mucha población local).

No he encontrado en ninguna “app” para el teléfono esos cargadores. No he encontrado en muchos mapas esos cargadores. Lo cual me lleva a una sola conclusión: Nadie usa los cargadores porque como nadie sabe de su existencia, nadie tomaría jamás una ruta en la que deberá dejar abandonado el EV cuando la batería se descargue. Pero los cargadores están y nadie publicita su existencia.

El huevo, la gallina y un pequeño pollito que, en lugar de pío, dice ¡cuac! Ese es el dilema acá.

Nadie tomará una ruta sin cargadores. Muy pocos querrán cargar en un lugar en medio “de la nada” y bajo el sol. Y casi nadie se expondrá a ser asaltado mientras su EV está “indefenso” conectado por un cordón umbilical a un tótem de carga.

En resumen, la Provincia de Entre Ríos tiene tal vez la mejor red de carga de Argentina en proporción a su superficie (aplausos). Está estratégicamente distribuida (aplausos again). Usted puede viajar por toda la provincia en un EV, pasar a la vecina o luego salir del país rumbo a Uruguay. Me animo a decir que nadie ha desarrollado una red tan bien planificada y ejecutada… bueno. Si no fuera por 2 detalles: Que nadie conoce su existencia y que ubicaron algunos cargadores sin pensar en el tiempo real de carga necesario.

En mis conversaciones con funcionarios municipales les dijimos que para nosotros era “una pésima ubicación”. Me informaron que no lo instalaron ellos sino el Ente provincial. Entienden que lo ideal es que esté en el casco urbano y si es posible en un lugar como el que yo les planteaba. Para colmo la Comuna está muy consustanciada en la movilidad sustentable y en el impacto positivo en el medioambiente.

No se… Tal vez ese Municipio pronto compre un pequeño cargador y lo sume al otro existente o logre un acuerdo para poder mudar el actual. Pero lo importante es que aprendamos que un EV no es una moda. Es una tecnología que inevitablemente comienza a utilizarse. Y tal vez un cargador “bien visible” sea un incentivo para que algunos vecinos piensen seriamente en un EV como la opción cotidiana. Pero en la actualidad, ni siquiera muchos saben que a 65 cuadras de la plaza pueden cargarlo…

Pero pueden comprar nafta (gasolina) a solo 1 cuadra de la plaza...

Nota: En los días que estuvimos trabajando en Villaguay hicimos una serie de muy interesantes reportajes que verán en el programa. La idea era mostrar un pueblo en el centro de una provincia, por el que nunca pasan EVs… pese a tener un cargador que ve pasar el sol de horizonte a horizonte y sueña con que, algún día, un auto se detenga frente a él.

Y todo eso te lo vamos a contar en marzo cuando eArgentina inicie su Tercera Temporada.