Ceguera Organizacional
A veces, las oportunidades están justo frente a nosotros, pero no las vemos. Es como cuando estamos en la playa, disfrutando del agua sin darnos cuenta de los peces que nadan a nuestro alrededor. Sin embargo, basta colocarse una máscara de buceo y sumergir la cabeza para descubrir ese mundo que siempre ha estado allí, aunque hasta ahora invisible a nuestros ojos.
La semana pasada, sostuve con mi equipo directivo nuestra acostumbrada sesión de pre-planning estratégico, un espacio en el que, como equipo, hacemos un alto para reflexionar sobre dónde estamos y hacia dónde queremos llevar la organización.
Estos espacios siempre me llevan a descubrir aspectos importantes que luego trato de transmitir e implementar en la empresa buscando mejores formas de trabajar en nuestra operación.
En esta ocasión, la reflexión tuvo un impacto aún mayor gracias al apoyo de nuestras áreas de I+D y Marketing, ya que cada vez contamos con más datos e información que nos permiten tener una visión más amplia y tomar desiciones más certeras.
Una de mis principales reflexiones fue darme cuenta de cuántas cosas relacionadas con la organización estaba pasando por alto. Es increíble cómo la información y los datos, casi como por arte de magia, me permitieron ver lo que antes era invisible para mí
¿Por qué no vemos estas oportunidades? ¿A qué se debe esta “ceguera” que nos impide aprovechar lo que está a la vista? Y, más importante aún, ¿qué podemos hacer para empezar a ver lo que hemos pasado por alto?
Creo que la razón principal de esta ceguera se debe a varios factores:
1. La rutina y la zona de confort nos ciegan: Nos adaptamos a ciertos patrones de trabajo y formas de hacer las cosas, y, sin darnos cuenta, dejamos de cuestionar lo que consideramos “normal”. La rutina nos hace creer que estamos viendo todo, cuando en realidad solo percibimos lo superficial.
2. Falta de perspectiva externa: A veces, solo necesitamos un cambio de ángulo, como ocurre cuando usamos la máscara de buceo en la playa. Esa nueva perspectiva nos permite descubrir oportunidades que siempre estuvieron allí, aunque no alcanzábamos a verlas.
3. Sesgos cognitivos: Nuestras creencias y hábitos nos limitan. Podríamos estar convencidos de que ciertas formas de hacer las cosas son las únicas que hay, sin considerar que hay otras opciones. Muchas veces esta “ceguera por hábito” impide la innovación y el uso de nuevas herramientas y métodos.
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¿Cómo empezar a ver lo que siempre ha estado ahí?. ¿Qué podemos hacer para “colocarnos esa máscara de buceo” y empezar a ver oportunidades?
Creo que algunos enfoques prácticos nos pudieran ayudar:
1. Practicar la autoobservación, la curiosidad, el autoaprendizaje y la reflexión: Es importante detenerse y analizar cómo estamos trabajando, identificar nuestros patrones y buscar áreas de mejora. Igualmente capacitarse en nuevas áreas o mejorar habilidades puede abrirnos los ojos a posibilidades antes no exploradas. El autoaprendizaje y la autoobservación nos ayuda a detectar aquellos “puntos ciegos” que puedan estar bloqueando la visión de oportunidades.
2. Buscar perspectivas externas: A veces necesitamos que alguien más nos ayude a ver lo que no estamos percibiendo. Pedir retroalimentación o conectar con personas de otras áreas de la organización o fuentes externas, puede brindarnos una visión fresca y ayudarnos a ver esas oportunidades que están frente a nosotros.
3. Experimentar y arriesgarse: No hay mejor forma de descubrir algo nuevo que atreviéndose a probarlo. En ventas, esto podría significar implementar una nueva estrategia de prospecteo; en nuestras áreas internas, puede ser experimentar con la implementación de nuevas metododologias o automatización de procesos. A través de la experimentación, ganamos una visión más clara de lo que funciona y lo que no, y podemos detectar esas oportunidades que antes no veíamos.
Las oportunidades están ahí; siempre lo han estado. La diferencia entre verlas o no radica en nuestra disposición para cuestionar nuestros patrones, buscar nuevas perspectivas y arriesgarnos a experimentar. Tal como cuando usamos una máscara de buceo para descubrir la vida que se esconde bajo la superficie del agua, en el mundo empresarial necesitamos herramientas que nos permitan ver lo que siempre ha estado allí.
Ver o no ver las oportunidades es una elección, una elección que requiere curiosidad, apertura y el deseo de ver más allá de lo evidente.
¿Estás listo para sumergirte y descubrir lo que siempre ha estado allí?