Cerrando ciclos para año nuevo

Buenos días… y hoy será el ultimo escrito de este año.

Las festividades de navidad y año nuevo están llenas de actividades que llevamos a cabo en familia y que se han convertido en rituales: la cena, el intercambio de regalos o la despedida del año. Pero también hay rituales emocionales propicios para el fin de año, y entre ellos, el cierre de ciclos es de gran importancia. Te cuento qué significa cerrar ciclos y por qué es importante hacerlo.

Un ciclo es una secuencia que conlleva un inicio, un desarrollo y un final. Nuestra vida está llena de ciclos, especialmente en nuestras relaciones, bien sean estas amorosas, de amistad o laborales.

Cerrar ciclos tiene que ver con reconocer que una etapa ha llegado a su fin, que un proceso se ha agotado, que una situación no avanza o la monotonía y la rutina nos han invadido.

 Es también aceptar que nos sentimos infelices en nuestra situación actual y nuestro cuerpo, mente y espíritu se sienten atrapados. Cerrar ciclos de asuntos pendientes es volver a tener el control. 

¿Por qué es tan difícil cerrar ciclos?

Lo que generalmente nos mantiene en un ciclo que ya vemos terminado, es la fuerza de la costumbre, nos quedamos atados a lo conocido, aunque sea displacentero. Sentimos que es más fácil soportar una mala situación conocida que arriesgarnos a algo nuevo y diferente.

Para cerrar un ciclo, es necesario aceptar nuestro miedo al cambio, a salir de nuestra zona de confort, a lo desconocido o a lo nuevo que está por venir. Cerrar un ciclo implica aprender a separarnos (de las personas, las situaciones, los espacios, etc.) sin resentimientos y desde el agradecimiento. No se trata necesariamente de olvidar, sino de recordar sin odiar.

Cuando cerramos un ciclo, asumimos el control de nuestra vida, haciéndonos responsables por ella sin culparnos a nosotros mismos o a otros.

No podemos ir por la vida creando nuevos capítulos y al mismo tiempo dejando atrás historias inconclusas. Cerrar un ciclo es atrevernos a cambiar un sufrimiento inútil por un dolor útil que nos hará crecer. Un ciclo cerrado abre espacios para crear otros nuevos, dándonos la oportunidad de desplegar nuestros talentos y nuestra creatividad.

Cerrar ciclos evita que nos quedemos estancados, sin nuevos aprendizajes o nuevas experiencias.

¡Cada ciclo que comienza nos llena de energía renovadora! 

¿Cómo puedo cerrar los ciclos en mi vida?

A continuación, te presento una serie de pasos muy sencillos para cerrar ciclos de manera exitosa, con base en las recomendaciones de una amiga, psicóloga: 

Suelta:

Reconoce tus apegos y déjalos ir:

Cuando dejas de aferrarte a las personas, las cosas y las situaciones, aprendes a vivir en libertad. Abre espacios en tu vida para lo nuevo. 

Asume tu responsabilidad:

Hazte responsable de lo que ocurre en tu vida, de las acciones que te llevaron al lugar en el que te encuentras hoy. Recuerda, hablamos de responsabilidad, no de culpa. Cuando te culpas a ti mismo, te agredes. Cuando culpas a otros, te victimizas. Y tú no eres una víctima. Eres el protagonista de tu vida. 

Acepta:

Todo lo que ocurre es producto de la causalidad, no de la casualidad. Acepta lo que no puedas cambiar y actúa sobre lo que sí puedes. 

Aprende:

Cada situación, cada circunstancia, sean estas negativas o positivas, nos brindan grandes oportunidades de aprendizaje. 

Emprende:

Ahora es el momento de iniciar nuevos caminos, emprender nuevos proyectos. Se abren ante ti nuevos horizontes y nuevas experiencias. 

El ritual

El ritual del cierre de ciclos, tiene que ver con llevar adelante una acción que simbolice ese cierre. Una actividad que lo haga palpable o físico. 

Uno de los rituales más comunes es el de escribir cartas de despedida, bien sea a personas o situaciones. En ellas puedes expresar lo que esa relación significó y lo que aprendiste, y algo muy importante: expresa tu agradecimiento por la experiencia. 

Realizar los cambios necesarios en nuestra vida, nos permite poner fin a los círculos viciosos y crear círculos virtuosos. 

Cada día es la oportunidad para  un comienzo, con nuevos sueños y metas por cumplir, pero antes debemos cerrar los ciclos emocionales. 

Qué tal si a esa persona o situación le dices un simple: ¡gracias, pero no juego más!

 

FELIZ AÑO 2020

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