¿Cheque en blanco para la Derecha?

Los resultados de las elecciones del 10 de abril en Perú no son un cheque en blanco para la derecha, menos sea cual sea el resultado de la segunda vuelta. Ambos candidatos, Keiko y PPK, tienen como advertencia el gran número de regiones y distritos donde la izquierda ganó. El Perú no es Lima ni define las elecciones como sabemos, por más gran cantidad de electores que tenga, los votos que cuentan al final provienen del extranjero y de la zona rural, los candidatos lo saben y se alistan a viajar.

Está también el tema de los que no votaron, prefiriendo pagar la multa, los que votaron en blanco y los que llenaron la cédula de dibujos. Según datos de la ONPE uniendo los ausentes, nulos y en blancos de la primera vuelta, se suman 6 989 316 millones de votos. Esto significa un millón más de los que consiguió Keiko. Será una titánica tarea conseguir revertirlos a favor de cualquiera de los dos.

Otro problema son las promesas electorales las cuales pueden, por una falsa idea de populismo, tratar de ganar votos en colectivos minoritarios, comprometiendo la seguridad de espectros más grandes de la población, como es en el tema del aborto o del matrimonio gay. Si bien son temas controversiales no son aceptados por una gran número de pobladores. En vez de estar confundiendo al electorado que votó pensando en una mejor garantía en contra de esas ideologías de muerte, los candidatos pueden terminar dispersando ese voto y alimentar los blancos o nulos, al no encontrar el elector una confianza en sus propuestas. Arequipa ha dado un voto de confianza a esta certeza de protección a la familia y a los no nacidos, en las urnas quedó demostrado.

Finalmente está la posibilidad de que el ganador desatienda las prioridades del país en cuestión de lucha de la violencia con el fortalecimiento de la familia, o no logre un equilibrio entre la industria extractiva con el medio ambiente y la generación de focos productores alrededor de estos ingresos. Si hace eso arruinará la posibilidad de que la derecha siente un buen precedente, alimentando el descontento de una izquierda radical que puede aprovechar para fortalecerse y conseguir el 2021 rebatir los resultados actuales, dejando nuevamente al país en un desconcierto ni brújula, tan costosamente conseguido. Vigilar ciudadanamente a los que salgan elegidos usted decide.