"Hemos escuchado a la ciudadanía"
Esta frase, en diversas formas, sabores y colores, se repite hasta el hartazgo tras cualquier elección. Ante cámaras y micrófonos y en redes sociales, los líderes políticos, analistas y opinólogos, buscan interpretar y proponer sus interpretaciones de los resultados electorales: se ratificó la Constitución de 1980, dijo Javier Macaya; las mujeres dijeron con fuerza que vamos a defender nuestros derechos y avances culturales, dijo Paulina Vodanovic; aquí, nadie se jode, que aquí nadie quiere retroceder en derechos conquistados, dice Diego Ibáñez que dijeron los chilenos.
Cada bloque político interpreta los resultados electorales desde su trinchera. Cada quien "escucha" lo que quiere. Esto porque, como lo demuestran los números, es la relación con las bases, con quienes que históricamente han votado por cada bloque, partido o movimiento, las que les permiten mantenerse en competencia.
Solo en las elecciones dicotómicas, como plebiscitos y segundas vueltas presidenciales, el voto "no militante" adquiere relevancia electoral. Este grupo, el que suele mantenerse al margen de la participación política, que no vota en elecciones voluntarias, emerge como un factor determinante en estos momentos críticos.
El informe de DecideChile sobre los resultados de este plebiscito, arroja luces sobre cómo votaron diferentes grupos demográficos y su comparación con elecciones anteriores (pueden revisarlo entero aquí). Una de las evidencias más intrigantes es la correlación casi perfecta entre los votantes de José Antonio Kast y Gabriel Boric en la última elección presidencial y los votantes "A favor" y "En contra", respectivamente, y que quienes no votaron por ninguno, obligados a votar ahora, votaron mayoritariamente en la misma proporción: 55%-45%, siguiendo la tendencia.
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Los datos son contundentes y nos muestran una constante a lo largo de las décadas. Existe una base electoral sólida tanto de centro-derecha como de centro-izquierda que define los grandes bloques políticos. La relación 55/44 se ha repetido varias veces: en el plebiscito de 1988, las segundas vueltas presidenciales de 2013 (Bachelet 54% / Piñera 46%), de 2017 (Piñera 55% / Guiller 45%) y 2021 (Boric 55% / Kast 44%). Hay un 10% el que históricamente inclina hacia uno u otro lado, el que termina definiendo el resultado final.
Ese "Hemos escuchado a la ciudadanía" es falaz porque no se trata de entenderse con la ciudadanía, sino mucho más cada quien con "los suyos", quienes eligen concejales y alcaldes, gobernadores, senadores y diputados, permitiéndole a los partidos políticos existir. Después, recién en segunda vuelta, ese 10%, que no tiene compromiso ideológico, viene a ser relevante. Ese es el electorado cuyos dolores y motivaciones nadie conoce y exige un esfuerzo adicional de mirar más allá de las propias perspectivas. Y a esas alturas, en general, ya es tarde.
Magíster en Comunicación Estratégica | Experto en Comunicaciones, Marketing y Branding Corporativo
1 añoNota aparte. A quien le interese o cause dudas la metodología del análisis de DecideChile, le recomiendo escuchar la entrevista a su director ejecutivo, Cristobal Huneeus en T13 Radio 👉 https://tele13radio.cl/statics/articles/director-de-datascience-de-unholster-por-resultados-del-plebiscito-el-tema-del-aborto-pudo-ser-un-tema-fundamental-para-que-se-impusiera-el-en-contra.html