Chile: Competencias laborales y reforma al sistema nacional de capacitación (Ley 19.518)

Chile requiere una modificación profunda al sistema de capacitación, son miles los trabajadores que no poseen títulos de educación básica y media completa e incluso educación superior, y a través de un real reforma del Estatuto de Capacitación del Servicio Nacional de Capacitación (Ley Nº 19.518) y su reglamento es posible iniciar un cambio real al sistema de capacitación para que se ajuste a las exigencias del siglo XXI. La última modificación relevante fue la publicada en septiembre de 2002, que permitió a los trabajadores nivelar sus estudios con cargo a la franquicia tributaria. Esa fue la gran oportunidad para más de dos millones de trabajadores que no han terminado su educación media en su oportunidad. A su vez, permitió a los trabajadores de las empresas financiar la obtención de una carrera técnica de nivel superior, siempre que dicha carrera sea impartida por centros de formación técnica autorizados por el Ministerio de Educación que posean módulos basados en competencias laborales dentro del marco de la mencionada Ley del Sence. Para lograr acceder a ese beneficio tributario, se debía entender qué eran las competencias laborales. El reglamento del Sence la definió como “la actitud, el conocimiento y la destreza necesarios para cumplir exitosamente las actividades que componen una función laboral, según los requerimientos del sector productivo”. Para poder implementar este incentivo se entendió que los módulos de formación en competencias laborales son acreditables para la preparación de técnicos de nivel superior, cuando respondan de manera coherente al perfil de egreso definido por el respectivo centro de formación técnica y formen parte integrante del curriculum de una carrera que imparta la mencionada institución, todo ello dentro del marco de la ley N° 18.962, Ley Orgánica Constitucional de Educación, hoy LEGE. Esta modificación legal era una valiosa idea con un instrumento para continuar incentivando la capacitación de trabajadores, pues las cifras del Sence indican que el país ha respondido a las exigencias que impone el perfeccionamiento de los trabajadores de las empresas nacionales. El problema de esta reforma fue que no respondió a la realidad de cómo opera la formación técnica, la cobertura de la franquicia Sence era baja, no cubría los costos reales de una carrera, pues se piensa que las carreras técnicas son más baratas que las profesionales, temas totalmente alejado a la realidad, pues se requiere mayor infraestructura, inversión de equipos, laboratorios y profesores vinculados al sector productivo. Si queremos hacer un cambio y prepararnos para la cuarta revolución industrial, será necesario ajustar nuestro sistema de capacitación a las realidades del siglo XXI sin dejar de lado la formación técnico profesional y la construcción de un marco nacional de cualificación laboral tal como lo plantea la Reforma a la Educación Superior (Ley 21.091)