Civilización y Barbarie

La protección de la niñez y la garantía de una educación de calidad son pilares fundamentales en cualquier sociedad que aspire a un desarrollo humano integral y equitativo. En este artículo, abordaremos la importancia de la etapa formativa de los menores, el derecho a la alfabetización como un derecho humano, y la necesidad de salvaguardar el interés superior del menor frente a situaciones de violencia institucional.

La etapa de la niñez es crucial para el desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y sociales. Durante este periodo, los niños tienen una gran capacidad para adquirir conocimientos y valores fundamentales que les permitirán desenvolverse en su vida adulta. Por ello, es esencial garantizar el acceso universal a una educación de calidad, que no solo enseñe contenidos académicos, sino que también fomente la formación integral de los individuos.

El derecho a la alfabetización es un pilar fundamental de la educación y un derecho humano universalmente reconocido. La capacidad de leer y escribir no solo proporciona herramientas para acceder a la información, sino que también empodera a las personas para ejercer sus derechos y participar plenamente en la vida social, política y económica de su comunidad.

Sin embargo, en ocasiones, la violencia institucional puede afectar de manera negativa la vida de los menores. Es responsabilidad de los Estados y las instituciones garantizar un entorno seguro y protector para los niños, en el cual no se vean expuestos a situaciones de violencia o abuso. El interés superior del menor debe primar en todas las decisiones y acciones que los afecten, asegurando su bienestar y desarrollo integral.

En el contexto de protestas y manifestaciones sociales, es preocupante el uso desmedido del paro como forma de protesta, así como el uso extorsivo de los menores en estas situaciones. Los niños son vulnerables y no deben ser utilizados como instrumentos para fines políticos o intereses particulares. Se debe garantizar su seguridad y protegerlos de cualquier forma de explotación o manipulación.

El clientelismo político y la falta de acceso a una educación de calidad son dos caras opuestas en la lucha entre la democracia y la esclavitud de la ignorancia. El clientelismo perpetúa un sistema en el cual se intercambian favores políticos por apoyo electoral, sin tener en cuenta el bienestar real de la comunidad. Por otro lado, la educación de calidad es una herramienta transformadora que rompe las cadenas de la ignorancia y promueve la ilustración y la emancipación de las personas.

En conclusión, es necesario asegurar que la niñez tenga acceso a una educación de calidad y que se proteja su integridad y bienestar frente a situaciones de violencia institucional. La alfabetización debe ser considerada como un derecho humano fundamental para garantizar el pleno desarrollo de los individuos. El uso desmedido del paro y la instrumentalización de los menores en protestas y manifestaciones deben ser rechazados, ya que van en contra del interés superior del menor. Debemos avanzar hacia una sociedad democrática que promueva la educación y combata el clientelismo, permitiendo así que la ilustración prevalezca sobre la esclavitud de la ignorancia.

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