Claves para el Trabajo Remoto
¿Por qué nos cuesta tanto validar el trabajo remoto?, pues la respuesta está en la psicología subyacente del concepto que tenemos de "CASA". Nos hemos formado asociando a la casa como espacio de descanso, relax y desconexión de responsabilidades, por eso lo primero que pensamos cuando hablamos de hogar es sacarnos el traje y ponernos el pijama, apagar la computadora y prender la tele, tomar una siesta o compartir con esas personas de nuestro círculo íntimo mientras cortamos la comunicación de las personas de nuestro círculo laboral.
Este contexto genera una disonancia cognitiva cuando proponemos "trabajar" desde casa, porque en nuestro inconsciente la casa es para otra cosa, al igual que no destaparías una cerveza en el trabajo. Ante esta duda, lo mejor es evitar problemas futuros y no cambiar, pero es ahí donde reside el éxito del trabajo remoto, en el cambio de perspectiva. En primer lugar, no debemos comparar un ambiente con otro, sino hacer énfasis en definir bien las tareas, no se trata de "DONDE" lo vas a hacer, sino de "QUE" tienes que hacer.
La clave está en los "entregables" y las fechas pactadas. Por el lado del empleador se debe ser muy claro con las necesidades y no ir haciendo cambio de tareas sobre la marcha, y por lado del empleado, presentar los avances con el suficiente tiempo para hacer correcciones previo a la fecha de entrega.
Otra cuestión importante es definir el medio de comunicación y las ventanas de comunicación, debe quedar claro por donde se enviaran las tareas, suele ser por mail y también definir un canal para comunicación de respuesta rápida, de hasta 15 min de demora. Así cada una de las partes sabe cada cuanto chequear sus casillas y por donde dirigirse según la necesidad.
Con estas bases bien definidas, pasamos al siguiente punto clave que es el "ESPACIO" de trabajo. El mayor error es pensar que abrir la notebook en la mesa de la cocina es trabajar remoto, por eso la experiencia de este tipo puede generar desconfianza, pero el verdadero trabajo remoto o mejor llamado "homeOFFICE" tiene que tener un espacio dedicado y preparado para trabajar. Estamos hablando del popular "setup", que hoy se popularizó más por los gamers, pero siempre fue un habido de los programadores o los profesionales del mundo IT. Un buen monitor, un teclado semi profesional, un escritorio con espacio y profundidad más una silla ergonómica específica para la correcta postura. Donde está este espacio también es importante, ya que debe considerarse las reuniones y videollamadas con camaras algo normal en el modo remoto, ningún factor del hogar o la convivencia deberían impedir realizar una videollamada con cámara en ningún momento del día.
Algunas empresas hacen aportes al setup, ya sea de un monitor o una silla, en el caso de que seas freelancer, este aporte no es necesario, es más común en la relación de dependencia para trabajo remoto. De un modo u otro, el setup es la clave principal para trabajar desde casa. Lo ideal es con el tiempo ir armando algo lo más profesional posible.
Por último nos queda la rutina y administración del tiempo, la principal ventaja aquí es el ahorro del tiempo de transportarme al trabajo, esta ganancia es a largo plazo algo positivo que genera bienestar, al igual que poder elegir ropa más casual que formal. Poder desayunar en las comodidades de nuestro hogar también genera un plus, todos estos factores tienen un impacto en la motivación intrínseca del ser humano. Disminuir el gasto y el esfuerzo en el ritual de la mañana es otro beneficio clave de esta modalidad.
La dedicación horaria no varía mucho en relación con el trabajo presencial, siguen siendo jornadas de 8 horas laborales, lo que cambia aquí es que el tiempo residual que tenemos en el trabajo, ahora lo tenemos para nosotros. Si en el trabajo te tomabas un descanso para hacer un café o salir a caminar, en tu casa puedes directamente sacar la ropa del lavarropas, preparar la comida o darle de comer a tu mascota mientras tomas unos mates él el balcón.
No hay nada tabú con esto, ya que ni en modo presencial como remoto se puede trabajar de manera continua e ininterrumpida, nuestro cerebro no lo permite y busca estos espacios de pausa y dispersión.
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La clave aquí es tener bien definida la jornada, normalmente el día comienza o termina con reuniones, ya sea para definir las tareas o para rendirlas. Esto no varía mucho con la estructura de trabajo presencial, es solo que en presencia de los demás suelen surgir cuestiones del momento y pueden ir modificando tu plan. En remoto se puede lograr más productividad, ya que no hay nadie que te cambie el curso, una vez tengas claro el día, solo queda producir.
Yo personalmente recomiendo el timeboxing de Harvard, es una técnica que sugiere definir de manera clara que tema o tarea vas a realizar en cada hora de la jornada. Aquí les dejo el artículo por si les interesa profundizar más.
Una vez que tienes resuelto el día, queda ver que modelo semanal, que suele empezar con la recepción de las tareas y pedidos, también las videollamadas importantes tienen lugar los lunes o martes. El medio de la semana es más para la producción laboral propia y los viernes son de cierre y entregas. Esto es a modo general porque cada nicho tiene sus particularidades, puede variar y puede personalizarse a medida. También se debe adaptar a los diferentes husos horarios en caso de que los vínculos sean en diferentes continentes.
Por último queda recalcar que los días y las jornadas no tienen que ser simétricas, en este modelo el foco está en los entregables y no en las horas, la confianza en esta relación se va construyendo cuando las dos partes cumplen con lo esperado. El verdadero éxito se alcanza cuando la planificación y la previsión son analizados al detalle, ya que el único enemigo que tiene el trabajo remoto es las cosas sobre la marcha y la falta de claridad en la comunicación.
Conclusión:
La pandemia puso sobre la mesa la discusión del trabajo remoto, a pesar de que ya existía hace tiempo, es una elección más personal y una elección de estilo de vida. Mucho se habló de que es para personas introvertidas o difíciles de sociabilizar, pero en realidad es un modelo para personas y empresas eficientes y comprometidas. Los benéficos son muchos y mutuos, cambiar de modelo o de paradigma es difícil, pero este modelo va a seguir creciendo de la mano de las empresas que guían la innovación y crecimiento del mundo digital.
Este articulo lo escribi desde un bar, mientras contemplaba como el espacio de coworking es mas ofrecido y frecuente en diferentes locales, no solo gastronomicos.