claves para lograr los objetivos con éxito.

Antes de empezar en profundidad con el tema, debes tener en claro cinco puntos sencillos los cuales los puedes anotar como sugerencia para tener una mejor visualización y enfoque de lo que se quiere; como te mencionamos escríbelo y defínelo: hacia dónde vas, por qué quieres ser ese pequeño porcentaje, que resalta en la sociedad de los que sí saben lo que quieren. El por qué quieres llegar allí, que quieres conseguir. Define cuando deseas llegar; ponle fecha. Que necesitas aprender. Además, siempre hay alguien que te puede ayudar.  

Una vez que hemos abierto el apetito con estas enseñanzas nos enfocaremos en estos puntos clave para alcanzar aquello que nos proponemos:

Informarnos: Llevar a cabo cualquier proyecto requiere el conocimiento de ciertos datos, por eso resulta aconsejable pensar en lo que se necesita para tomar decisiones correctas en cada momento. De todos modos, se precisa la información justa porque el exceso es tan perjudicial como el defecto. 

La técnica: Cualquier proyecto que empecemos requiere el conocimiento de una determinada técnica o poseer cierta experiencia. Se ha de reflexionar sobre todo lo que es necesario en este sentido. Puede ser un error pensar a todas las iniciativas están al alcance de cualquiera.

Esfuerzo: Nuestro proyecto requiere una inversión de energías. Cabe pesar si el esfuerzo vale la pena. Es lícito no querer embarcarse, pero si la decisión es positiva se sale reforzado. El siguiente paso es concentrarse en lo que importa e invertir correctamente los esfuerzos para no perder energías en asuntos menos interesantes.

Planificación: Para culminar con éxito una iniciativa es necesaria cierta planificación. Aunque la estrategia correcta depende de la complejidad de la aventura, es preciso dedicar tiempo a generar ideas.  Hay que destacar las que no sean válidas, organizar las valiosas y establecer un plan para su realización. Los objetivos han de definirse al detalle y ser realistas, las metas han de ser ambiciosas pero alcanzables y coherentes con las aptitudes y valores personales.

Reposo: Empezar algo no puede representar un atropello de actividad. Es necesaria la calma para que el barco llegue a buen puerto. La tranquilidad no solo sirve para reponer fuerzas, sino que favorece la incubación o arte de reposar las ideas en el inconsciente para que se manifieste el potencial creador. Por su parte, es necesario cultivar el tiempo para la soledad y la relajación.

Intuición creativa: Con frecuencia la incubación conduce a una intuición que nos presenta un plan perfecto, pero a menudo, los frutos del trabajo inconsciente son sutiles y se pueden pasar por alto fácilmente. Conviene prestar atención a los matices del pensamiento, a las tímidas voces interiores e incluso a los sueños. 

Visualización: Utilizar la imaginación para prever es una manera de prepararse para lo que puede pasar. Hay que pensar en todas las posibilidades, los problemas que pueden surgir y reflexionar sobre las soluciones. Así pueden superarse miedos infundados y evitar problemas que pudieran hacer fracasar el proyecto.

Fantasía: La visualización no es solo un ejercicio racional. Consiste también ensoñar, fantasear, dejar que la mente flote, que se recree sin críticas, que disfrute por anticipado. Hay que dar valor a todos los aspectos límites personales, si el dinero no fuera un obstáculo, si las suposiciones fueran infalibles. Ya habrá tiempo para el realismo, para corregir las fantasías, pero éstas son el alimento del impulso vital.