Colocar el tema sobre la mesa
Llega septiembre, el 2º ciclo de un 2024 que promete tantas oportunidades como tareas pendientes de ser tachadas de la lista. Para muchos de nosotros y nosotras, este mes es como un simulacro del comienzo del año, un momento para renovar propósitos, especialmente aquellos que no pueden limitarse a un ciclo de 12 meses, sino que requieren de un compromiso diario.
Estas semanas, mientras pensaba en cómo retomar este espacio después de las ansiadas vacaciones, reflexioné sobre los temas que, aunque vitales en el debate por la igualdad, aún no se abordan con la naturalidad y honestidad necesarias. En medio de esta búsqueda me crucé con una entrevista a Blanca Ochoa en Cinco Días , en la que habla sobre su papel como cofundadora y presidenta de WA4STEAM , una asociación internacional de mujeres inversoras que apoyan económicamente a startups fundadas por mujeres del sector STEAM (vinculadas a la ciencia, la tecnología, la ingeniería, el arte o las matemáticas).“Sólo el 2% del capital privado de Europa llega a proyectos de mujeres”, aseguraba.
Me impactó el dato y todo lo que hay detrás de una realidad como la que esa cifra define. En la conversación, Blanca señala que la dificultad para encontrar proyectos liderados por mujeres en los que invertir es el resultado de una cadena de obstáculos que van desde los estereotipos de género que se experimentan durante la infancia o la juventud, hasta la discriminación más obvia en espacios laborales o la falta de confianza que las propias profesionales tienen a la hora de vender sus proyectos.
Os invito a que hagáis un ejercicio sencillo, pero revelador: revisad las listas recogidas en medios de comunicación nacionales e internacionales en las que se hable de grandes referentes en el ámbito del emprendimiento y comparad el número de hombres y el de mujeres que aparecen. La disparidad es notable y dudo que esté causada por una diferencia en cuanto al talento, sino por un hándicap en cuanto a las oportunidades.
En este reportaje publicado en Invertia , se abordó precisamente este tema, sostenido sobre los testimonios y experiencias de mujeres de ambos espacios: el de la inversión y el del emprendimiento. Maria Luke , CEO de Uelz , explicaba cómo una de las grandes barreras a las que se había enfrentado en las rondas de financiación para su compañía no era tanto la exigencia, sino el tiempo y el esfuerzo adicional que suponía para las mujeres generar confianza en los inversores. “Alguna vez me he sentido como si tuviera a mi padre delante, como si sintiera que no estaba sentada en esa silla para hablar de negocios, de tú a tú con quien tendría que tomarme en serio”, afirmaba.
Entre otras cuestiones sobre las que se construyen estas desigualdades, también está la vinculada a la conciliación, que continúa pesando cuando hablamos de perfiles femeninos. En la misma pieza, Azahara García Espejo , actual directora en HearstLab , explicaba que a lo largo de su carrera ha “conocido emprendedoras a las que en un comité de inversión les habían preguntado si pensaban tener un hijo, algo que no sucede con los hombres”.
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Esto, aunque sorprendente, es algo que gracias a un trabajo de concienciación colectivo cada vez sucede con menos frecuencia.
Un sistema como el actual, que perpetúa un modelo emprendedor que no refleja la realidad diversa y enriquecedora de nuestra sociedad, nos priva también de todos aquellos proyectos e ideas transformadoras que se quedan por el camino. Me apena pensar en todo lo que haya podido quedarse atrás, pero me ilusiona, también, poder hablar de las grandes iniciativas que han nacido en este contexto.
Por eso, quiero compartir con vosotros y vosotras el caso de Gravity Wave y la conversación que mantuve con su fundadora, Amaia Rodríguez Sola , la única española nominada en la última edición de los Premios Cartier Women’s Initiative. Gravity Wave es un proyecto que no se define como empresa, sino como un “movimiento con propósito compartido”: limpiar los océanos de plástico. La confianza, perseverancia y tesón necesarios para sacarlo adelante son la prueba y el ejemplo de que otra manera de hacer las cosas es posible.
Es agridulce hablar de un desequilibrio que, todavía hoy, moldea el mundo que estamos construyendo para las generaciones futuras. Un mundo donde el progreso y la igualdad deberían avanzar de la mano y donde el liderazgo femenino y la equidad en las oportunidades no deberían ser la excepción, sino una parte integral del panorama empresarial, social y cultural. Por eso, entre mis propósitos para este septiembre está el de volver a colocar este tema, y tantos otros, encima de la mesa. Aquí, en este pequeño espacio digital y en las acciones que llevaremos a cabo próximamente en evercom .
Gracias por acompañarme.
Head of Global Business Performance
4 mesesYo he vuelto con una lista llenita 😂 ahora toca ser consecuente
Líder de Marketing Humanista | Estratega Digital | Comunicadora y Escritora Inspiradora | Impulsando la transición energética, la sostenibilidad y el empoderamiento de las personas a través de narrativas con propósito.
4 mesesEl dato del 2% es brutal. Hace poco estuve en un programa de emprendimiento (Fundación Tatiana) con la start up para la que trabajaba y me sorprendió gratamente el gran nivel de las mujeres emprendedoras que lo integraban y su número. El primer premio se lo llevaron dos mujeres. Como dices, creo que no es falta de emprendedoras sino de apoyo financiero posterior que las hace quedarse por el camino. Gracias por darle visibilidad.