No cometas estos errores en una entrevista de Trabajo

Los has visto, los has vivido y te has reído. Los errores más comunes cometidos en una entrevista de trabajo son frecuentes y se dan en los dos lados de la mesa. No lo decimos sólo nosotros, lo dicen las cifras (que como los borrachos nunca mienten):

En una entrevista el 67% de los candidatos no mantiene el contacto visual con el interlocutor. No recomendamos la mirada desafiante pero es esencial saber expresarse con este lenguaje que, lejos de no decir nada, lo dice todo.

En una entrevista el 47% de los candidatos no conoce bien la empresa. La falta de interés es inadmisible, la falta de atención es desesperante; y la falta de ilusión es directamente inaceptable en una entrevista de trabajo. Un candidato que no se preocupa por la empresa o el puesto al que opta, tampoco lo hará por los futuros clientes o proyectos. Pero cuidado, un directivo que entrevista a un candidato sin haberse leído el currículum siquiera, no será de los que se interese por sus equipos y colaboradores. Tanto si estás del lado del candidato como del entrevistador, dedica tiempo a quien te dedica tiempo a ti.

En una entrevista, el 38% de los candidatos se olvida de sonreír. La sonrisa es una forma universal de transmitir emociones positivas. Nadie quiere trabajar con una persona malhumorada o poco empática. Candidato, intenta agradar a tu futuro equipo. Jefe, no espantes a los nuevos talentos.

En una entrevista el 33% de los candidatos se inquieta demasiado: Cálmate, probablemente no sea la entrevista de tu vida y si lo es, el puesto será tuyo. Así que, relájate y sé tu mismo.

En una entrevista el 26% de los candidatos no sabe dar un buen apretón de manos: Esto es como una de esas fórmulas físicas: si tú no das la mano con fuerza, el otro (que sí lo ha hecho) puede hasta caerse…#EsPatético. Hablamos de nuevo de la seguridad en uno mismo, la tienes ¿no? Pues este es tu momento. Demuéstralo.

Lo grave de los errores comunes es precisamente eso, que son comunes a todos. Las entrevistas ya no son lo que eran, ambos interlocutores tienen algo que vender: el talento y el proyecto a partes iguales. Es responsabilidad de los dos trabajar estos fallos.