Como líderes tenemos una responsabilidad social, porque tenemos el “poder” de dejar una  huella o una marca (cicatriz) en nuestro equipo.

Como líderes tenemos una responsabilidad social, porque tenemos el “poder” de dejar una huella o una marca (cicatriz) en nuestro equipo.

Todavía es frecuente que escuchemos: “Si tu jefe no te dice nada sobre tu desempeño, se sobreentiende que es porque estás haciendo bien tu trabajo”.

Cuando tenemos un equipo de personas a cargo, también somos responsables del impacto que genera lo que NO comunicamos.  Reconocer las iniciativas, los logros y las maneras en las que nuestros colaboradores resuelven los diferentes desafíos que se les presentan, es el combustible que alimenta en ellos la confianza, el sentido de pertenencia y la motivación. Cuando como trabajadores, hacemos algo que es celebrado por nuestros referentes, nos inspira a seguir por ese camino, aumenta nuestra auto-confianza y nos permite potenciarnos aún más, por lo que maximizaremos los resultados. Trabajar desde la confianza, aún cuando sepamos que podemos equivocarnos, nos dará mejores resultados que trabajando desde el miedo y la inseguridad. Si bien depende de cada uno de nosotros construirnos para ser más seguros y no depender de una aprobación externa para "animarnos", los líderes cumplen un rol importante en esa construcción.

Dar por hecho que se entiende que, siendo jefes, si no reconocemos o expresamos la valoración, es porque estamos conformes con nuestro colaborador o equipo, puede ser similar a la analogía “Si mi pareja sigue conmigo, es porque es obvio que me ama, aunque no me lo exprese nunca”. A todo ser humano, con más o menos sensibilidad, mayor o menor seguridad en sí mismo, le hace bien y lo motivan palabras de reconocimiento, de valoración y de comprensión. No es suficiente “dar a entender” que te valoro, porque te doy los permisos que necesitás, soy flexible, y tenés ciertas libertades. "La palabra" es como una llave que puede encender o apagar el potencial de las personas. Es importante dar feedback. Y no solo en la instancia de Evaluación Anual.

Creer que en el trabajo no deben entrar en juego las emociones ni los sentimientos, nos deshumaniza. En vez de anular las emociones, trabajemos en ellas para brindarnos y vincularnos de manera coherente, saludable y humana, expresando a través de ellas lo necesario para aportar a que las personas y nosotros mismos nos fortalezcamos cada vez más en nuestras capacidades e incrementemos el combustible necesario para dar lo máximo. 

Qué calidad de combustible le das a tu equipo de trabajo? 

Qué calidad de combustible recibís de tus superiores?

Tus acciones dejan huella o dejan marca?

Con pequeños gestos y acciones, podemos empezar a dejar huella, aportando al bienestar común.

Éxitos y adelante!


Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Más artículos de Poder Humano Consultores

Otros usuarios han visto

Ver temas