Como me quite la zapatilla…

Esta frase que decía mi abuela era de lo más efectiva.

Sólo tenía que decirla y hacer el gesto de descalzarse, para que sus nietos la obedeciéramos o dejáramos de hacer alguna trastada.

Y lo cierto es que nunca llegó a quitársela ni a darnos con ella unos azotes. 

Sólo era la intención. Y funcionaba.

En la actualidad no se suele escuchar.

Tal vez, alguna abuela la siga empleando. Y tal vez, a algún nieto o nieta le siga surtiendo efecto.

Pero más que quitarse ellas la zapatilla, lo que mejor funciona es “como te quite el móvil…”.

Y como se cumpla la amenaza, entonces sí se desata la violencia.

He visto a niños con berrinches dignos de Thor, cuando le han quitado el móvil de las manos.

Berrinches y pataletas con las que hacen daño a ellos mismos, se golpean contra el suelo, algunos se estiran de los pelos…

Pero no he venido a hablar de la dependencia de los dispositivos, que nos daría para días, sino de la no violencia, como te comento en mi audio. 

Y de cómo a veces somos violentos con nosotros mismos, con nuestro propio cuerpo.

En el Yoga, precisamente, aprendemos a cuidarnos, en cuerpo y mente.

A cómo practicar la no violencia en nosotros y, en consecuencia, en los demás.

Porque, como todo, tenemos que empezar por nosotros mismos, por cuidarnos y querernos, para cuidar y querer a los demás.

Así lo hacemos en el Club de Conectadas, donde, como te comenté, puedes probar dos semanas gratuitamente. Escríbeme, si así lo quieres hacer. 

Feliz día, Feliz vida.

Luisa Figueroa.

P.D.: Si eres violento contigo, también lo serás con los demás ;-).