Comportamiento ético: una decisión que genera valor y rentabilidad

Al integrar la ética en todas las facetas de las actividades profesionales, contribuimos a un mundo empresarial más justo, sostenible y confiable. Esto juega un papel fundamental en el éxito a largo plazo de las organizaciones, en la construcción de relaciones sólidas con todas las audiencias clave y en el fortalecimiento de la reputación.

Peter F. Drucker, una de las voces más destacadas sobre la administración empresarial, afirma que la ética no es un lujo opcional, sino un elemento esencial en la toma de decisiones y en la creación de valor sostenible. Esto abarca la transparencia en las operaciones, el trato justo a los empleados y la responsabilidad ambiental.  Incluso, Harvard Business Review publicó un caso de estudio que concluía que las organizaciones que priorizan la ética en sus prácticas empresariales tienden a tener un desempeño financiero más sólido a largo plazo, además de una reputación positiva entre sus partes interesadas.

Igualmente, juega un papel crucial en la gestión de crisis. En palabras de Warren Buffett, “se necesita 20 años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla. Si piensas en eso, harás las cosas de manera diferente”. El empresario estadounidense resalta la importancia de mantener altos estándares éticos incluso en los momentos difíciles, ya que la confianza y la credibilidad son activos valiosos que requieren cuidado y atención constantes.

Para fomentar un comportamiento ético en el entorno laboral es fundamental establecer políticas claras, proporcionar capacitación continua y promover una cultura organizacional que valore la integridad y la responsabilidad.

En conclusión, el comportamiento ético no es simplemente una etiqueta que se añade a las operaciones comerciales, es un principio rector que impulsa el éxito a largo plazo, el impacto positivo en la sociedad y el valor de las empresas.