NO "COMUNIQUES", SIGUE COMUNICANDO #comunicación
Parecería muy normal que todos, en este estado de confinamiento, estemos aumentando nuestras conversaciones con seres queridos, ya familiares, ya amigos, o, al menos, manteniéndolas.
Así como en las relaciones personales, en las de las empresas debería seguirse esa misma actitud. El momento que atravesamos es uno de los más críticos, si no el que más, que hayamos vivido en la historia reciente. Esto no es una #crisis económica -que lo será, según los expertos reconocen-, es una crisis de salubridad (que, confiemos, no se convierta en sanitaria), es decir, humanitaria.
En los medios, en las redes sociales, se habla de Expedientes de Regulación Temporal de Empleos (ERTEs), si no ERES, y esto genera incertidumbre entre los empleados; de ceses de actividad, especialmente en negocios no "¿esenciales?" (lo pongo entre interrogaciones porque sería otro debate), lo que genera inseguridad y falta de certezas.
Si hay algún momento en el que se hace más necesaria la comunicación es en este, y las empresas deben estar pendientes de continuar el "diálogo" con sus stakeholders, con sus públicos objetivos.
Me centro en tres aspectos que considero fundamentales: la información sobre la actividad, la comunicación interna y el fomento de la reputación corporativa.
INFORMACIÓN DE ACTIVIDAD. Informar a los medios.
Las empresas que continúan con su actividad deben seguir comunicando, contando lo que siguen haciendo en su actividad normal, porque todos sus receptores son conscientes de esta situación. Pero sí esperan, esperamos, que siga existiendo esa fluidez comunicativa, con el fin de estar al tanto de lo que siguen haciendo; imprescindible, también, seguir informando a los medios de comunicación (notas de prensa, etc.), seguir utilizando las redes sociales y, en general, cualquier vía que, en situación de normalidad, les sirva de correa de transmisión de sus mensajes "de actividad".
COMUNICACIÓN INTERNA. Portavoces internos.
Ya dependa de Recursos Humanos (algo en lo que no coincido), ya del área de Comunicación, es imprescindible fomentar aún más la relación con los empleados. Para ello, además de los medios que ya se tengan establecidos (Intranet, grupos de Whatsapp o Telegram, correos electrónicos, etc.) sí establecería como portavoces internos a una o dos personas que fueran informando, a petición de los profesionales de la compañía, o como iniciativa empresarial, de las medidas internas que se van adoptando.
En casos como este, siempre es mejor que la iniciativa la lleve la empresa, para generar tranquilidad y certidumbre. Para la atención permanente del empleado habilitaría dos formas: a) información puntual en un horario especifico (siempre y cuando fuera necesario y que sería más bien on line); b) atención personalizada, con esos portavoces internos, que estuvieran pendientes de cualquier llamada (porque si hay momentos en los que a todos nos gusta hablar con personas, es en estos de crisis). Líneas telefónicas, sí, sí, telefónicas, y on line, abiertas.
REPUTACIÓN (MARCA) Los intangibles se convierten en tangibles.
La solidaridad mostrada por todos los ciudadanos es incuestionable, tanto por los profesionales sanitarios, como por los militares, personal de limpieza, agricultores, tenderos, etc. ¡Este es el momento de la reputación! Y no porque antes no se hiciera, sino porque ahora, que no es que sea necesario, ¡es que es imprescindible!, es el momento de devolver a la sociedad lo que ella aporta a cualquier empresa. Este es el momento de la Responsabilidad Corporativa, con actuaciones que deriven del negocio propio y cuyo beneficio social sea evidente, tangible.
Cualquier público objetivo (stakeholders) -los accionistas (shareholders) también lo son, y esto tampoco hay que olvidarlo, y, por tanto, debería haber también una comunicación específica- tendría que poder seguir manteniendo una relación de normalidad, de diálogo directo con la empresa donde la fluidez prime: así que, NO "COMUNIQUES", SIGUE COMUNICANDO.