Conectarse con uno mismo y ser feliz

Me encanta encontrar posts en LinkedIn que hablan sobre trabajar con un #propósito, ya sea desde lo personal o lo empresarial. Amo ver que esto sea una tendencia y espero que sea una forma de hacer las cosas que perdure.

Este boom del #propósito me ha hecho cuestionarme qué significa eso para mí y en mi vida. Hoy quiero compartirles lo que he aprendido y cómo el propósito ha sido para mí reconectar conmigo mismo y entender qué quiero y hacia dónde voy.

Lo primero que entendí es que el camino recorrido era inevitable para saber qué quiero ser y qué no. Por eso no me arrepiento de nada y abrazo con amor y gratitud cada error, cada acierto, cada triunfo (grande o pequeño), cada lágrima y cada frustración.

Lo segundo que entendí es que la maternidad no es un techo de cristal. Es un cambio de vida -¡y qué tremendo cambio!- que hace recomponer las prioridades, reorganizar el tiempo, aprender a ser más paciente y caminar por la vida con más calma.

Aprendí que la incomodidad es el punto de partida y que la vida nos expulsa de donde no pertenecemos, a veces incluso a golpes, porque somos testarudos y nos da miedo el fracaso, no encajar, no gustar, no conectar. Sin embargo, ese miedo, una vez que lo afrontamos, deja de ser una sensación desagradable para convertirse en emoción, curiosidad y adrenalina.

Finalmente, entendí que mi superpoder es la capacidad de servicio. Sí, servir es mi propósito, y entenderlo me permitió verme y aceptar mi ser. Algunos lo ven como amabilidad, otros como recursividad, otros como compañerismo. Para mí, es una suma de cosas que puedo transmitir a través de ofrecer mi ayuda, desde lo que sé y lo que soy.

¡Qué gran experiencia ha sido encontrar mi propósito y saber que puedo realizarme como persona y profesional desde este entendimiento! ¡Qué maravilla haber podido entenderme y conectar con mi esencia! ¡Qué lindo es vivir feliz desde lo que soy!