Congreso ADOARH 2022, experiencia y aprendizaje.
Tuve la fortuna de ser invitada a vigésimo séptimo congreso de Adoarh, fui con parte de mis compañeros de trabajo, fui con altas expectativas de aprender y de disfrutar.
A ritmo de merengue como eje central, y la gente, que es quien que marca el ritmo de la organización, disfruté de un evento que estuvo lleno de energía. Se presentaron paneles que dictaron nuevas perspectivas; los atletas y su inserción en el mercado laboral y con ellos, el análisis de las competencias que a través de las diferentes disciplinas deportivas podemos atraer a nuestros negocios.
Escuchamos sobre como trabajar las emociones que generan actitudes, para proyectarlas en nuestro beneficio. Datos importantes sobre estrés y salud mental. Sobrecarga, resistencia, cultura de inclusión y diversidad, metodologías de tendencia, como podemos hacer para que las diferencias generacionales impacten positivamente en la organización a través de las tomas de decisiones. Que debemos dejar de hacer, que debemos empezar a hacer. ¿Qué debemos considerar al atraer talento, experiencia o actitud?.
Escuchamos líderes hablar sobre sus perspectivas, basadas en sus conocimientos y experiencia. El mejor aproach sobre inclusión y diversidad (¿cuota o demografía?). Cambios post pandemia, flexibilidad, jornadas hibridas o comprimidas. Auto gestión, gamificación, construir a partir de las diferencias. Y esta lista de aprendizajes puede continuar infinitamente pues en términos de contenido, este evento ha excedido la expectativa.
Aprendí de todo eso y que gran regalo. Pero mi mayor aprendizaje reposa sobre mi observación de la audiencia. La primera noche todos atentos y muy tranquilos.
El segundo día ya más relajados. Los expositores iniciaban y terminaban con historias personales, o historias de éxitos o las no tan exitosas que les permitieron crecer y evolucionar. La gente empezó a conectar, floreció el networking en una astuta estrategia de hacernos caminar de un salón a otro y pasando por la exposición. Vi muchas sonrisas y vi muchas fotos, un punto alto del evento cuando a ritmo de merengue en vivo la audiencia bailo y se acercó.
Los expositores hacían intencional esfuerzo en lograr que la gente conectara, lograr que la gente se tocara y se abrazara. Al tercer día se sentía una algarabía y una energía distinta. El contacto se daba con naturalidad, la gente hablaba, reía y se abrazaba sin forzadas poses. Y es eso, justamente, lo que logró mi mayor asombro y aprendizaje.
Entender la necesidad que tenemos de volver a conectar, de regresar al contacto humano, de regresar a los abrazos. Decía uno de los expositores que luego de una tragedia viene un gran cambio, y que estos cambios revolucionan y se mantienen. Decía otro que la virtualidad no desparecerá, y en efecto no lo hará. Pero esa energía que yo sentí demuestra que hay que tomar lo mejor de cada cosa, que el contacto es importante. Que el calor humano es necesario porque somos entes sociales.
Qué bueno haber visto y abrazado de nuevo a viejos amigos y colegas, a mis maestros de la universidad, a mis compañeros y compañeras, a mis mentoras.
Me llevo los datos y las tendencias, claro que si! pero también me llevo el ponerme al día, los teléfonos y los abrazos. Los que di y los que recibí ❤️