¿Conoces los signos de la soledad?

La soledad no es lo mismo que estar solos. La soledad es un sentimiento que puede afectar nuestra área cognitiva y la salud en general. Existen signos que la delatan.

La psicología define la soledad como un sentimiento angustioso que acompaña la percepción de que las necesidades socioemocionales de una persona no se ven satisfechas por la calidad de sus relaciones interpersonales.

La soledad es un estado por el que hemos pasado casi todos o por el que pasaremos en algún momento de nuestras vidas, es un error pensar que la soledad sea un sentimiento que afecte solo a personas mayores. A veces necesitamos estar solos, pero eso es distinto a sentirse solos de forma continua.  Podemos sentirnos solos por varias razones por haber sido rechazados, por la sensación de que no encajamos, por la muerte de un ser querido, etc. Por supuesto entendemos que esta soledad de la que hablamos no es solamente un hecho físico sino también un sentimiento.

Numerosos estudios demuestran que la soledad crónica puede tener una serie de efectos perjudiciales sobre nuestra salud mental nuestra satisfacción vital y el bienestar general.

Casi todas las recomendaciones para la prevención de la demencia y enfermedades neurodegenerativas incluyen evitar la soledad.

En pruebas realizadas con Resonancia Magnética se ha encontrado que en grupos de individuos con conexiones sociales activas y que manifiestan no sentirse solos, su volumen cerebral es mayor que el de las personas que sí lo están.

En un estudio del 2021, se reportó que las personas que hablaban frecuentemente con otras, obtenían mejores resultados en los exámenes cognitivos, que quienes no lo hacían. Esto coincide con otros estudios publicados, que afirman que los adultos mayores con redes sociales más activas, tenían una mejor función cognitiva que quienes carecían de ese apoyo social.

Quizás una de las pruebas más contundentes la tuvimos recientemente con la pandemia del COVID-19, en donde el aislamiento provocó el rápido deterioro en muchos de los pacientes con disfunción cognitiva leve, que aún tenían funcionalidad alta y vivían de forma independiente.

La soledad también influye en el insomnio y en los trastornos del sueño. Las personas solas sufren mucho más de interrupciones del sueño;  el vínculo entre la soledad y una mala noche es muy cercano, pues la ansiedad y la depresión crónica impiden tanto conciliar como mantener el sueño.

La soledad reduce la esperanza de vida. En el 2012 se hicieron dos estudios donde se alertaba que el sentirse solo podría aumentar el riesgo de morir prematuramente. En el primero se estudiaron a cuarenta y cinco mil personas de 45 años o más que tuvieron alguna enfermedad cardiaca o con alto riesgo de tenerla, de ellos, los que vivían solos presentaron mayor probabilidad de morir por infarto cerebral, ataques al corazón y otras complicaciones similares en un lapso de 4 años, en comparación con quienes vivían entre amigos o familiares. El segundo estudio tuvo su enfoque en las personas de 60 años o más, y descubrieron que tanto hombres como mujeres eran 45% más propensos a morir en un lapso de 6 años si reportaban sentirse solos, excluidos o aislados. Lo interesante es que el 43% de los que reportaron soledad no siempre vivían solos, lo que indicaba claramente la relación entre la soledad como estado mental y los problemas de salud.

Aunque la soledad es un sentimiento personal, hay algunos signos que nos permiten detectarla en otras personas, o que nos podría ayudar en una autoevaluación.

Materialismo. La persona desea más posesiones materiales, le da importancia a algunos símbolos de estatus: un auto nuevo, una casa más grande, un mejor sueldo. Si ese materialismo es causado por la soledad, es muy común que se agraven y exacerben mutuamente, dicho en breve: cuanto más solo se sienta más materialista se vuelve y viceversa.

Adicción a las redes sociales.  Se pasan horas y horas navegando por sus redes sociales, pero con pocas interacciones.  Se ha demostrado que las redes sociales también se han convertido en una especie de recurso al que la gente acude cada vez que se siente aburrida sola o molesta. Aunque el tiempo que se pasa en ellas no  hacen sentir mejor a la persona, si influyen en una atrofia de su crecimiento emocional y les impide desarrollar mecanismos de afrontamiento saludable, así como resiliencia mental.

Envidia,  otra señal que nos advierte de la soledad extrema y que a menudo se pasa por alto, son los fuertes sentimientos de envidia hacia los demás y su éxito. Así que presta mucha atención a quién no pueda evitar envidiar a alguien muy querido con muchos amigos y popularidad, ya sea en la realidad virtual o en la vida real; puede que esta envidia nazca de sus sentimientos de soledad.

Problemas de alimentación y peso. La soledad puede parecerse mucho a la depresión, por lo que tiende a imitar también muchos de sus síntomas como alteraciones del peso.

Aburrimiento o inquietud constante.  Similar al punto anterior, sentirse extremadamente solo pero sin darse cuenta de ello, puede ser fácilmente confundido con el aburrimiento y la inquietud. Le resulta difícil divertirse y disfrutar haciendo algo. Pasas sus días sin rumbo persiguiendo cualquier placer aleatorio y momentáneo que puedas encontrar para distraerse de un vacío interior.

Emociones fuera de control. La persona es emocionalmente más volátil e inestable, podrían presentarse llantos “no justificados”.  

Incapacidad para estar a solas consigo mismo. La persona necesita “opacar” sus propios pensamientos,  siempre necesitando estar rodeada de otras personas, incluso cuando no le gusta o no disfruta de estar con ellas; porque  para estar cómodo en su propia compañía se requiere mucha paz interior fuerza mental y autoaceptación.

La presencia de esos signos es una señal de alerta, en donde la mejor decisión es buscar ayudad, porque definitivamente, para tener buena salud física y mental, tenemos que alejarnos de la soledad.