El cuidado de la salud para poder disfrutar de nuestra vida a pleno es algo que debe contemplar varios aspectos: esto incluye una vida saludable con actividad física diaria, una alimentación saludable, trabajar en la salud mental y cuidar de no incurrir en prácticas nocivas para nuestro cuerpo como el tabaquismo, el exceso de consumo alcohol o drogas.
Una alimentación sana se complementa con varios elementos que enumeramos abajo:
- Crear un hábito de comidas: Para lograr una dieta saludable no sólo son importantes la calidad y tipo de alimentos, la cantidad de cada uno y la periodicidad de las comidas. Es importante respetar el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena, tratar de mantener siempre los mismos horarios y dedicarle a las comidas el tiempo que corresponde evitando comer apurado o mientras se hace otra tarea. Existen opciones como el ayuno intermitente que representan otras alternativas posibles.
- Hidratación: Sabemos que el agua es fundamental para la vida y para el óptimo funcionamiento del organismo. Se aconseja consumir por lo menos 2 litros de agua por día (unos ocho vasos de agua).
- Variedad: La dieta, debe ser equilibrada. Es decir, debe incluir alimentos de todos los grupos y colores (frutas, verduras, granos y demás). De esta forma nos garantizamos la ingesta de todos los nutrientes esenciales. En casos de dietas vegetarianas o veganas es fundamental discutir como compensamos las carencias que uno decide tener con otros alimentos. Obviamente que también es posible.
- Frutas y verduras: Fundamentales por su riqueza en vitaminas, minerales y antioxidantes, todos esenciales para la salud.
- Sal y azúcar: Reducir la ingesta de sal y de azúcares refinados en la dieta es muy importante para prevenir enfermedades como la hipertensión arterial, obesidad y diabetes.
- Controlar el tamaño de las porciones: La cantidad ingerida de alimentos debe guardar una estrecha relación con la actividad física que realizamos. La relación entre la ingesta y el gasto de calorías es clave para una alimentación saludable. Además de regular el tamaño de las porciones, es preciso prestar atención a las colaciones.
- Practicar ejercicio físico: En el consultorio vemos, sobre todo cuando atendemos a gente de la tercera edad, la diferencia llamativa en la calidad de vida que lleva quien practica deporte que los sedentarios. El hacer deporte u otro tipo de actividad física (que incluye el trabajo físico laboral) aporta numerosos beneficios a la salud como mantener un peso adecuado, pero hay evidencia contundente de que además, se asocia a reducción de mortalidad cardiovascular y mejoría de la depresión y de la calidad de vida.
- Alimentos procesados: Evitar estos alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares y aditivos nos ayudará a mantener una buena salud. Desde la implementación del etiquetado en los embalajes se los reconoce fácilmente.
- Conciencia al comer: El contexto de la comida es tan importante como la comida misma. Evitar las tareas en paralelo, distracciones como la televisión o el teléfono, ayuda a disfrutar de cada bocado y a prestar más atención a lo que se come y ser más consciente de la dieta que se lleva.
- Consultar con un nutricionista: Muchas veces creemos que llevamos una alimentación adecuada y no entendemos estamos excedidos de peso. Las dietas no se pueden aplicar a todas las personas por igual ya que todos somos diferentes y llevamos distinto tipo de vida y actividad. La consulta con un profesional de la salud y alimentación es fundamental para entender qué errores estamos cometiendo, personalizar la alimentación y así poder progresar en este camino que nos llevará a una vida más saludable y poder disfrutarla a pleno.
Contamos con una unidad cardio-reno-metabólica que incluye médicos y nutricionistas que pueden sumar mucho en esta importante tarea de armar un plan individualizado de alimentación saludable.