Consideraciones sobre el algoritmo de Instagram

Consideraciones sobre el algoritmo de Instagram

Después de constantes rumores, anuncios y una marcha atrás, el famoso algoritmo de Instagram comenzará a funcionar en los próximos días, implantándose poco a poco en los diferentes países y perfiles. Instagram se une así a Facebook y Twitter, entre otras redes sociales, a la hora de implantar un algoritmo que decida el orden en el que se muestran las publicaciones de la gente a la que seguimos.

Ante esta tendencia cabe preguntarse, ¿a qué se debe ese interés por controlar lo que ve un usuario? ¿De verdad se piensa en la calidad de su experiencia en esa plataforma o hay intereses económicos detrás? ¿Por qué no se saben todos los factores de los que depende que una publicación aparezca o no?

El argumento oficial en todos los casos es que, debido al crecimiento en número de usuarios experimentado, los mismos se perdían mucha información relevante si se mantenía el orden cronológico, de forma que ahora se mejora la experiencia del usuario y aumenta la interacción con las publicaciones. Pensando bien podemos aceptar que esto sea cierto. Pensando mal vemos que, como ha sucedido con Facebook, e Instagram pertenece a Facebook, el siguiente paso es reducir el alcance orgánico de las publicaciones para forzar a las empresas a invertir en publicidad. ¿Es eso lo que está buscando el algoritmo de Instagram?

No es descabellado pensar que las redes sociales lo que buscan con la implantación de un algoritmo es rentabilizar la información que poseen de los usuarios, porque está claro que esta situación beneficia a aquellos más poderosos, que pueden invertir dinero, o que les pueden generar beneficios de cualquier tipo. ¿De verdad piensan las redes sociales en todos los usuarios o sólo en aquellos que les interesan?

Otro aspecto a destacar es que los usuarios cada vez son más activos en redes sociales y pasan muchas horas al día en aquellas en las que tienen presencia. En Instagram, concretamente, los españoles pasan de media 3 horas a la semana. ¿Qué significa eso? Pues que cada vez saben mejor cómo usar estas plataformas, por lo que puede que no sea tan necesario decirles lo que tienen que ver, ya que ellos también van a saber buscar lo que les interesa, ¿no os parece?

En el caso de Twitter, por ejemplo, la introducción del algoritmo, que de momento es voluntaria, se difumina un poco con el hecho de que existen herramientas como Hootsuite o Tweetdeck que permiten organizar la información en listas, de forma que podamos leer de forma rápida y sencilla aquello que nos interesa.

Con el algoritmo de Instagram, al igual que con el resto, desconoceremos todos los factores que influyen en él, de forma que iremos un poco a ciegas a la hora de saber qué funciona y qué no. ¿Si lo hacen por el bien de los usuarios, cuáles son las razones de no decir cómo son las reglas del juego? A nivel empresa, esta opacidad es mucho más evidente y difícil de subsanar.

Como vemos, son muchos los ángulos desde donde se puede enfocar este tema, y muchas las preguntas por resolver. Sin embargo, hay una consideración clara: nos debe dar igual el algoritmo de Instagram, el de Facebook o el de Twitter, nuestra web debe ser el eje de nuestra estrategia online. Así no habrá problemas y siempre tendremos todo bajo control.

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