"Constelación de respuestas improvisadas"

...Y además te cuento algo muy personal.

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Hola, soy Ceci Marrero y esto es Vivir con entusiasmo: un espacio para conectar.

Ernesto Gore en su libro La vida de las Organizaciones (2021) plantea que al liderazgo “hay que dejar de pensarlo como la confluencia permanente de poder en ciertos vértices (que coinciden con el organigrama) para verlo más como una "constelación de respuestas improvisadas e imprevistas a los problemas que surgen”.  El autor expresa “hoy decirle a la gente qué, cómo y cuándo debe hacer su tarea es cada vez más difícil…”

Esto sucede al menos por dos razones: 

1. en algunos casos las personas saben mejor que sus jefes qué deben hacer y 

2. raramente los gerentes saben de antemano qué es lo que hay que hacer.

Hoy en las organizaciones aparecen y desaparecen liderazgos momentáneos para solucionar problemas que nadie imaginó previamente.

Gore sostiene que desde el management se debe ayudar a las personas de las organizaciones a comprender la complejidad de su contexto y que estas aprendan a manejarse en él. No se tiene evidencia que el contexto por venir conserve sus características, por tanto, no se puede asegurar que las estrategias organizacionales del pasado o presente funcionen en el futuro.

Aquello que estás viviendo hoy en tu rol de liderazgo puede ser clave para alguien que está buscando resolver problemas nuevos. No tengas miedo de dar respuestas desde la improvisación, es lo que hace falta para transitar contextos de incertidumbre.

Hazte visible comunicándote dentro y fuera de la organización.

El cambio es inevitable: los negocios evolucionan, las necesidades de los clientes se transforman y nuestras metas personales también se redefinen.

La verdadera revolución en nuestra vida profesional y personal no ocurre simplemente al seguir adelante, sino al tener el coraje de dejar atrás lo que ya no nos sienta bien.

Para construir este nuevo futuro, lo primero que tuve que hacer fue renunciar. Renuncié a algunos servicios que ofrecía y de los cuales se apoyaba mi negocio. Renuncié a uno de mis cargos en la Universidad, un puesto que había ocupado con orgullo y en el que aprendía día a día. Incluso acepté un nuevo reto en un Instituto tecnológico, pero al finalizar el semestre, también opté por renunciar.

Estas decisiones no fueron fáciles, las dudas y la incertidumbre ocuparon lugar en mis pensamientos.

Sin embargo, cada renuncia me acercaba más a mi visión. Hoy, miro hacia atrás y sé que fueron los pasos correctos. Este no es solo un relato personal; es una lección universal.

No temas renunciar, no permitas que el miedo o la inercia te mantengan atrapado/a en una vida que no te satisface.

Las renuncias son poderosas. Son la chispa que enciende el motor de la transformación, permitiéndote construir la vida y la carrera que verdaderamente deseas.

La valentía de renunciar es lo que te puede impulsar hacia el siguiente desafío.

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