Construcción: China - 10 días VS Perú - 10 años

Es bien sabido y también ha sido materia de uno de mis más recientes artículos el logro arquitectónico que hoy protagoniza China con la construcción de un hospital en tiempo récord. Nada más y nada menos que diez días les tomó construir el centro médico Huoshenshan, en la ciudad de Wuhan, gracias al Sistema Modular Prefabricado.

Sin embargo, es imposible no voltear la mirada y mirarnos a nosotros mismos. ¿El Perú está en la capacidad de emular este tipo de reto? O por el contrario, llamamos la atención por ser uno de los países que más se retrasa en la ejecución de una obra.

En nuestro país, el estado de los proyectos para construir hospitales y centros de salud es diametralmente opuesto a China. Al menos en cuatro regiones existen establecimientos médicos con retrasos de casi 10 años en su construcción. Las estructuras incompletas lucen en completo estado de abandono. ¿Qué nos sucede? ¿Por qué no podemos equipararnos a los asiáticos si conocemos los mismos sistemas constructivos que ellos?

Para Godofredo Talavera, presidente de la Federación Médica Peruana, las demoras tienen diferentes factores y los más perjudicados son los pacientes:

“Es una mezcla de todo. Falta de gestión, corrupción, la despreocupación del Estado en general por la salud. China nos está dando el ejemplo de una construcción en 10 días”.

Si queremos citar ejemplos, en Puno, el Hospital Materno Infantil de Juliaca actualmente está en proceso de construcción y no tiene fecha de entrega. Fue iniciado en marzo del 2010, cuando era presidente regional Hernán Fuentes Guzmán. Diversas irregularidades, observadas por la Contraloría General de la República (CGR), motivaron la paralización. 10 años han pasado desde entonces, ¿todo un logro?

Dante Coasaca Núñez, gerente general del Gobierno Regional de Puno, piensa que aunque el avance físico de la estructura es considerable, la parte más difícil es el equipamiento. Al ser una obra proyectada desde hace años, es necesario actualizar el tipo de equipos y costos, y eso recién se está contemplando. No se puede precisar desde su punto de vista cuánto duraría ese proceso.

En Huarmey (Áncash), el 17 de setiembre del 2018 el presidente Martín Vizcarra prometió que entregaría en el 2020 un centro médico moderno y equipado para atender a más de 33 mil personas. Nada de eso se ha cumplido: el proyecto lleva más de 16 meses de retraso. Se trata de una alternativa al nosocomio que fue rehabilitado un año después de El Niño costero. El nuevo establecimiento sería edificado sobre un terreno de 9.500 m2 en el asentamiento humano Santo Domingo.

La elaboración del expediente técnico demoraría seis meses y la construcción demandaría un año y medio; es decir, en setiembre de este año la obra debería estar culminada según el anuncio de Vizcarra. Sin embargo, el primer proyecto que fue adjudicado bajo la modalidad de obras por impuestos en la Reconstrucción con Cambios está rezagado.

¿Qué está sucediendo? ¿Por qué hay tantos retrasos de este tipo? Hay, desde luego, muchas razones, pero la burocracia al parecer no ayuda en lo más mínimo. Justamente en el caso de Huarmey, el alcalde de esa Municipalidad Provincial, Elmer Dueñas Espíritu, dijo que el retraso se debe a la elaboración de los estudios de ingeniería y arquitectura, del equipamiento y el saneamiento del terreno, que son parte de las tres primeras etapas del expediente técnico. Es difícil estimar en este tipo de situaciones un tiempo de entrega.

Y si queremos mencionar una joyita más, en el 2010 se planteó la construcción del nuevo hospital de Andahuaylas, en Apurímac, con un financiamiento inicial de casi S/60 millones. Con un plazo de 20 meses, los trabajos empezaron en el 2013. En ese período, el ex gobernador regional Elías Segovia Ruiz y otros nueve exfuncionarios fueron investigados por la CGR tras detectar presuntos desvíos presupuestales destinados a la construcción. Desde esa fecha hasta la actualidad, de acuerdo con información de la CGR, la obra quedó paralizada y se encuentra en un 51% de avance.

No se puede negar que es magnífico que se fiscalice y penalice oportunamente todo tipo de acto de corrupción. Todos estamos de acuerdo con eso. Pero, ¿por qué paralizar por años de años una obra que finalmente va beneficiar a todos los peruanos? A diario mucha gente muere por no tener una atención médica oportuna y de calidad. Sin centros de salud en los rincones más recónditos del país, situaciones como las antes planteadas agravan el problema de fondo.

Si bien es cierto, el grave error es tener una burocracia que ralentiza la mayoría de procesos constructivos, pero debo agregar que el hecho de seguir contando con el sistema de construcción tradicional eleva demasiado los costos escatimados en dichos proyectos (dando pie a la corrupción) e incrementa notablemente el tiempo de ejecución de la obra. Aprendamos de China.

Esperemos que este año y de cara al bicentenario nuestros gobernantes sepan dirigir el país de forma certera, sin desacelerar el avance de los proyectos planteados para las diferentes regiones que nos rodean. Los especialistas para hacerlo posible los tenemos. Conocemos de primera mano los diferentes sistemas constructivos que hicieron posible la proeza China. Solo falta que este Perú deje de ser tan burocrático y ponga manos a la obra. Queda mucho por hacer.