Construir un mejor futuro
Desde hace algunos años se reformó la ley laboral en México para crear los fines de semanas largos, siendo uno de los objetivos incentivar la actividad económica. Desde entonces, el #BuenFin, que es nuestra versión mexicana del #BlackFriday, ha sido una tradición de fin de año para incrementar las ventas minoristas en todo el país; pero ¿qué hemos hecho en México los últimos años para incentivar que más empresas se globalicen y compitan internacionalmente? Desafortunadamente, muy poco.
Por ejemplo, en infraestructura nos hemos quedo cortos. Zonas del país demandan más #energía para atraer a más empresas asentadas hoy en #China y aprovechar la nueva tendencia del #nearshoring (transferir producción a lugares más cercanos y con zonas horarias semejantes), que parece llegó para quedarse en los próximos años por los conflictos geopolíticos. Pero la política actual de priorizar a #CFE y #PEMEX lo ha obstaculizado.
Tampoco nuestros #puertos se han modernizado al ritmo deseado y su cooptación por el crimen obligó al gobierno mexicano, por presión de nuestros socios comerciales, a asignarle el control a la Secretaría de Marina. También sigue persistente el robo de mercancías en muchas regiones del país, cuyo costo absorbemos los consumidores finales.
En materia de inclusión financiera, la política dominante ha optado por incentivar la construcción de sucursales bancarias en lugares donde no se necesitan, o donde no hay clientela, en vez de impulsar soluciones tecnológicas que permitan a millones de personas tener servicios financieros más accesibles y económicos. La Ley #Fintec en nuestro país no ha sido suficiente para cambiar esta dinámica. Pero gobiernos de otros países sí tienen por prioridad de Estado impulsar a sus empresas tecnológicas para que compitan y ganen mercados globalmente. Por ejemplo, con #ProChile, el gobierno de ese país impulsa a sus empresas para que aprovechen el potencial de consumo de una economía de 130 millones de personas y vecina del principal motor económico del mundo. Es decir, nosotros. Desaparecer #ProMéxico y el Instituto Nacional del Emprendedor #INADEM fue un error.
Respecto a los gobiernos estatales, las autoridades en la frontera norte y el bajío, tienen ya aceitada una maquinaria de promoción de inversiones, que en términos generales han sobrevivido a las alternancias en el poder. En el sur del país, el proyecto que probablemente sí será detonador de #economías regionales sostenibles es el proyecto del Corredor #Transistmico, que unirá el Golfo de México y el pacífico mexicano. En contraste, es probable que la futura operación del Tren Maya y la refinería Dos Bocas sólo generarán más problemas a las frágiles finanzas públicas nacionales.
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A nivel municipal, muy pocos gobiernos locales tienen por prioridad ayudar a las #Pymes con facilidades para abrir y operar negocios, simplificar trámites administrativos, generar ventanillas únicas o proveerles de información para que tomen mejores decisiones. Desafortunadamente, la mayoría de dichos gobiernos han preferido lucrar con el espacio público, incentivando la economía informal con todo lo que ello implica (contrabando, corrupción, robo, extorsión). Cada nuevo puesto ambulante es una claudicación para la #formalidad.
En este escenario, nuestro país requiere una política de Estado, que incluya a todos los órdenes de gobierno y a la sociedad en general para cambiar el chip urgentemente: que sin más empresas prósperas, en la que cientos o miles puedan ser globales, nuestras oportunidades seguirán siendo muy limitadas para tener una economía sólida y una paz sostenible. Podemos construir un mejor futuro.
Clemente Romero Olmedo