CRÓNICAS EXTRAPARLAMENTARIAS
“Unas pesetillas”
Durante el debate de nuestra vigente Constitución, que Dios guarde, creo no haberme perdido ninguna reunión de los largos debates de su elaboración, desde las primeras reuniones de la ponencia hasta la solemne sanción, en sesión conjunta de las Cortes Generales, por Su Majestad el Rey.
Fueron muchas horas de pupitre, que aspiro a repetir de vez en cuando, como escribí en la primera entrega de estas crónicas para que así sean parlamentarias, y no recuerdo que la Carta Magna fuera concebida para formar un “estado federal”, como acaba de proclamar el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE. Lo que ha venido a decir es que, para tapar (eso lo digo yo) sus acuerdos con los separatistas catalanes, las demás comunidades autónomas podrán hacerse con tributos (no ha precisado si en su totalidad, como Cataluña, o alguna migaja). Todo ello en plan muy federal porque, por lo visto, así lo ha dispuesto él.
Creo recordar que, al entonces (1977) ministro Adjunto para las Regiones, Manuel Clavero, alguien le planteó en plan coloquial que el Título VIII de nuestra Constitución, tal como se configuraba, nos iba a costar un riñón y parte del otro. Con su gracejo andaluz, negó tal posibilidad y subrayó que el gasto no iba a pasar de “unas pesetillas”. Clavero, que era un gran político, que siempre atendía a los periodistas, se equivocaba, de buena fe, porque todo esto asunto ya ha supuesto el desembolso de un dineral y lo que nos queda.
Además, el actual Gobierno debe pensar que no hay un mañana (hay que descartar que obre de mala fe para dejar una España endeudada a sus sucesores para que ellos hagan las rebajas correspondientes a los españoles) y utiliza el dinero como si saliera de un pozo sin fondo. Cuando las cosas, los números rojos se ponen tan evidentes que queman, pues a subir los impuestos y esto parece que es lo que va a pasar ahora.
Es decir, que, si no salen mal las cuentas, para que un señor siga en el poder hay que rascarse el bolsillo al haber pactado con los separatistas catalanes unos acuerdos insolidarios para el conjunto de la nación. Eso sí, podremos, los que puedan, ir blasonando por el mundo que ya somos los más federalistas del orbe.
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De una “pesetillas” hemos pasado a un “pastón”, perdonen la vulgaridad, y eso lo tenemos que pagar todos. Si fuera por el bien de España, de su futuro, de su grandeza, poco habría que objetar. No, de lo que se trata es que la “fachosfera” no se haga con el poder no vaya a ser que lo primero que se les ocurra es encargar auditorías y, tras sus resultados, emprender las correspondientes acciones legales, si proceden.
Esto no va bien y creo que hasta los fervorosos aplaudidores del jefe lo saben. Se han subido a la montaña rusa de que de “aquí no nos saca nadie” y van a hacer todo lo posible para que todo continúe igual. Se equivocan y son conscientes de ello. No vale como disculpa que no había manera de parar la riada, porque aquí no hay ningún desbordamiento sino la tozudez de mantener una posición que nació del error de perder unas elecciones y pactar con quien fuera necesaria para desplazar al que había ganado los comicios. ¡Qué diferente este PSOE del que hemos conocido en la Transición o en provincias!
Hace unos días era lo de los ricos y lo de una conocida marca de coches italianos de lujo, que alcanzan velocidades capaces de romper los radares de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Hoy lo de la transferir a las comunidades autónomas la posibilidad de cobrar unos tributos sin detallar. Mañana...¿Quién lo sabe? ¿Que nuevo artilugio se sacará de la chistera?. Y así pasan los días, las semanas, los meses y, tal vez, la totalidad de la legislatura.
Nobleza obliga y, en eso no tengo más remedio que reconocer la habilidad de Pedro Sánchez para hilvanar unos hilos con otros hasta tejer esa malla que le hace, al menos de momento, intocable. Total, como decía el bueno de Clavero, son “unas pesetillas”.