CRISIS DE IDENTIDAD, EL MEJOR GERMEN PARA REINVENTARSE

No saber quién eres, qué te gusta, qué se te da bien, qué te hace diferente o simplemente qué te hace feliz es una sensación mucho más común de lo que pensáis.

Y esa sensación viene acompañada de otras muchas como la desgana, la ansiedad, el miedo, la tristeza, la culpa, el desánimo.

Se llama Crisis de Identidad y os diré que después de los más de 6 años dedicándome a ella como la antesala de la reinvención, además de haberla vivido, os puedo asegurar que casi la considero ya de la familia.

La Crisis de identidad en adultos, que es en la que yo me he especializado puede ser la consecuencia a partir de diferentes acontecimientos.

En mi caso fue un despido, al ser incluida en un ERE

En el de otras muchas personas también suele ser uno de los motivos pero no es el único.

La propia edad, una decepción profesional o personal, una pérdida..

Todos ellos se sitúan como acontecimientos generadores de cuestionamientos personales o profesionales.

Y de pronto navegas en un mar de preguntas sobre ti, tu vida, tus amistades, tus aficiones, incluso tus preferencias estilísticas.

Este término, el de “crisis de identidad fue popularizado por el psicólogo Erik Erikson, quien la describió como un período en el que las personas tratan de encontrar un sentido de si mismos y un propósito vital.

Las consideraba además necesarias para evolucionar y desarrollarnos personalmente.

En mi caso os diré que a día de hoy le estoy muy agradecida a mis crisis de identidad, porque son las que siempre me han invitado a mirarme hacia dentro, no sólo para ser mucho más consciente de mí, sino para mejorar y crecer y mucho como persona.

¿CÓMO RECONOCER SI TIENES UNA CRISIS DE IDENTIDAD?

1.      Inseguridad

A nivel profesional pero también personal empiezas a dudar de ti, de tus habilidades. Surge un diálogo interior nocivo, perjudicial que te dice que no vales. Síndrome del impostor, falta de confianza.

2.      Impotencia, desidia, desinterés, apatía

El desánimo toma las riendas y la energía pierde intensidad. No sentir que lo que hacemos tiene un valor, no saber para qué lo estamos haciendo ni con qué fin nos desmotiva.

A ello se le suma la sensación de que nada va a mejorar y de que no podemos hacer nada por cambiarlo. 

3.      Ansiedad, miedos

En esas crisis, sentimos que estamos en un precipicio, a punto de saltar, sin saber qué ocurriría si lo hiciésemos, sin atrevernos a ello pero con la incertidumbre instalada en nuestro interior.

No nos gusta lo que tenemos pero nos asusta lo que ocurriría si lo cambiásemos.

4.      Tristeza, melancolía

La tristeza es una emoción que nos habla de una pérdida de algo importante. En estas crisis de identidad nos hemos perdido a nosotros mismos y nos da mucha pena no saber qué ha sido de nuestro yo.

No le vemos sentido a nada y además cualquier cambio es doloroso, pero nunca permanente.

5.      Culpa

Los Si hubiera ocupan su asiento en el palco principal de nuestro diálogo con forma de gran dedo acusador, lanzándonos acusaciones, recriminándonos, echándonos en cara lo hecho y lo no hecho.

Y así, nos culpamos por el bloqueo de la crisis, por no encontrar respuestas, nos exigimos soluciones que se desdibujan cada vez más.

6.      Enfado, irascibilidad

Y efectivamente, nos enfadamos con nosotros y con el mundo.

Nada nos parece bien.

Entramos en un bucle de acusaciones y desprecios y así, no sólo seguimos bloqueados sino que alimentamos la sensación

7.      Nerviosismo, insomnio

No encontramos la postura, ni en las sillas, ni en la cama, no estamos a gusto en ningún sitio y con nadie, porque en realidad con quien no estamos bien es con nosotros mismos.

Pero lo mejor de todo es cuando de un modo o de otro, te hartas de ti mismo y de tu autocompasión, decides levantar la mano, hacer algo para cambiar ese estado, encontrarte, descubrirte, reorientarte, porque LO QUE SOMOS NO ES INAMOVIBLE Y SIEMPRE PODEMOS CAMBIARLO SI ASÍ LO DECIDIMOS

Y ahí es cuando la temida CRISIS DE IDENTIDAD, no es más que esa amiga algo incómoda que ha venido a removerte para que busques una nueva situación que te haga sentir más feliz contigo y con la vida que tienes.

Ahí es cuando surge la gran oportunidad de REINVENTARTE, de iniciar ese camino de AUTODESCUBRIMIENTO Y AUTOEXPLORACIÓN profunda que te permita encontrarte con tu esencia y diseñar un nuevo camino.

Y aquí estoy yo para ayudarte a ello si es que decides realizar ese camino en compañía.

¿Te acompaño?

De todos modos, ya sabes, yo siempre estaré para ti si lo necesitas #TeEscucho #SiQuieroReinventarme

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