¿Cuál es tu Mindset?
Hoy en día, el cerebro humano es visto desde la neurociencia como si fuese un músculo, aunque no lo sea (no está compuesto por miocitos, las células musculares, sino que está formado por millones de neuronas interconectadas). Sin embargo, se ha convenido en que hay que entrenarlo y ejercitarlo para evitar que se atrofie (ejercicios mentales, aprendizaje, deporte, alimentación rica en antioxidantes, etc.).
Desde un punto de vista psicológico, es posible tener una concepción similar. Después de todo, las ideas que filtras hacia tu mente se convierten en pensamientos que generan una respuesta emocional, y que, para bien o para mal, desencadenan en acciones. Y todos sabemos que las acciones repetidas constantemente se convierten en hábitos.
En otras palabras, la exposición constante a determinadas ideas y pensamientos desarrollan tus hábitos mentales o mindset, que luego se traducen en tu filosofía de vida. Seas consciente o no, todos tenemos una.
Mindset, que viene del inglés mind (mente) y set (conjunto), no es otra cosa que el conjunto de ideas y creencias que moldean los pensamientos que tenemos sobre nosotros mismos, y que determinan la manera cómo actuamos -y enfrentamos la vida.
Según Carol Dweck, autora del libro Mindset: The New Psychology of Success, las personas se pueden agrupar en dos categorías de acuerdo a su mindset:
- Fix mindset (mentalidad fija), que consideran que las habilidades innatas o cualidades como la inteligencia y la personalidad no pueden variar con el tiempo y están fijadas por el ADN, o a lo mucho, por la influencia que tuvieron hasta cierta edad cuando niños.
- Growth mindset (mentalidad de crecimiento), que consideran que las habilidades y talentos pueden desarrollarse en el tiempo a través del esfuerzo y el aprendizaje.
Así como sucede con el desarrollo de nuestras capacidades corporales (musculatura, flexibilidad, resistencia), para desarrollar la mente es necesario exponerla a nuevos retos, empujando cada vez más su límite. El éxito no es un juego de suma cero, por lo que el fracaso (que es inevitable tanto como la crítica que viene con ello) se lo debe ver como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
Si tienes una mentalidad fija y quisieras transformarla a una de crecimiento, te dejo aquí 4 preguntas que puedes hacerte cada vez que te enfrentes a un reto o fracaso temporal y que pueden servirte para desarrollar un "growth mindset":
- ¿Qué es lo más útil que puedo aprender de esta experiencia?
- ¿Qué puedo cambiar?
- ¿Cómo puedo añadir valor a otros a través de esta experiencia?
- ¿Cómo puedo conseguirlo?
Parte de la clave está en cambiar el "no puedo" por el "cómo puedo". Sé que no es fácil. Para muchos significa revertir años de quitarse de encima una cultura autoritaria y miope (desde la casa hasta la oficina) donde predomina el "no se puede".
En cualquier caso, no permitas que el fracaso (ni el éxito) te definan como persona, pero sí que te sirvan de catalizadores de crecimiento y desarrollo personal.
Buen viento y buena mar para tus negocios y tu vida.
José Samaniego Terán.