¿Cuánto pesa un problema?
Alguna vez te has preguntado ¿Por qué los problemas me siguen? ¿Tengo imán para atraer problemas? ¿Por qué todo lo malo me pasa a mí? Al menos en una ocasión o mas nos han llegado a atormentar estas preguntas sembrándonos incertidumbre y miedo a nuestras vidas, limitándonos el disfrutar y descubrir lo que nos depara el día a día.
Hay una reflexión que me inspiro a escribir este artículo al respecto de como vemos los problemas que nos acontecen y como los enfrentamos. La reflexión cuenta acerca de un maestro que les preguntaba a sus alumnos si pesa más un libro o una mochila, al levantarlos cada uno con las manos decían que pesaba más la mochila. Les pidió que ahora todos levantaran su libro con la palma de la mano y lo mantuvieran arriba con el brazo extendido el mayor tiempo posible, algunos empezaron a cansarse a los ocho minutos de tenerlos en sus manos, otros duraron diez minutos, varios duraron más tiempo hasta que todos se cansaron. Ahora les pidió que levantaran solo la mochila con la otra mano y le volvió a pregunta a sus alumnos ¿Pesa mas el libro o la mochila? En ese instante los alumnos dijeron “pesa mas el libro”. El profesor les dice que la mochila pesa mas que un libro, pero la mochila la dejamos en un costado y no la cargamos siempre, el motivo por el cual el libro pesa mas es porque no lo soltamos y el sostener algo por mucho tiempo genera mucho mas peso mental de lo que en realidad pesa físicamente.
Cuando dejamos que un problema persista por no ponerle la atención adecuada, puede llevarnos a diferentes escenarios como el agravar una situación, generar mas embrollos o a detalles serios que pueden costarnos hasta la propia vida por cuestiones de salud. Es por eso por lo que me pregunto ¿Cuánto pesa un problema?
Al contar con poca información limita nuestra noción de dimensionar una situación. La frase “te ahogas en un vaso de agua” sale a relucir cuando la desesperación nos aborda y olvidamos que ante todo debemos mantener la calma para ser analíticos y buscar formas para solucionarlo.
Dentro de mis capacitaciones he hablado acerca de los problemas que se pueden presentar durante una venta, en configuraciones de sistemas CCTV o de enlaces inalámbricos. Por lo mismo llamo a mis talleres con el titulo de soluciones por la famosa expresión que para cada problema hay una solución.
En mi artículo anterior de Just KISS, mencionaba que lo ideal es simplificar las cosas, muchas veces la respuesta la tenemos enfrente y por darle atención de más al problema nos cegamos a buscar soluciones. Hace poco durante una presentación la información marcaba un error y no pude exhibir el material que desarrolle, pero eso no impidió que el objetivo se lograra ya que si sabemos lo que desarrollamos podemos presentarlo de maneras diferentes.
“Identifica tus problemas, pero da tu poder y energía a las soluciones” – Tony Robbins
Un líder se caracteriza por saber confrontar los problemas, por lo mismo Tony Robbins hace énfasis que hay que dedicar un 5% del tiempo al problema y un 95% a la solución.
Un proverbio chino que me encanta dice que si tienes un problema que no tiene solución ¿para que te preocupas? Si tiene solución, ¿para que te preocupas? Ocupa tu tiempo en ver lo positivo de las cosas, cierra los ojos, inhala profundamente y exhala lentamente al menos repitiendo cinco veces este ejercicio de respiración, esto ayudara a calmarnos y balancear nuestro ritmo cardíaco. Ahora sí, continua con tu vida enfocado en mejorar y crecer constantemente en tu entorno laboral, social y personal.
Hoy en día hay muchas formas de obtener información y apoyo. Si tu problema es de salud, consulta a tu médico. Si tu problema es de trabajo, aprovecha herramientas como indicadores, lluvias de ideas con tu equipo de trabajo o apóyate con expertos. Si tu problema es personal, busca ayuda emocional o platícalo con un amigo de confianza para quitarte ese peso de encima. Recuerda que cada nuevo día es una oportunidad para cambiar.