Cuaderno 46, Esbozo del plan de salida de la crisis

El Gobierno acaba de publicar, por enésima vez, su plan de salida a la crisis. Esta vez, y dada la prisa que está pidiendo Bruselas ha avanzado las partidas más significativas de sus ideas.

De las principales partidas, la más significativa es la referida a la movilidad relacionada con el vehículo eléctrico con una partida de 13.200 millones de €. Nos congratulamos de esta medida, ya que permitirá que la industria del automóvil de un paso hace adelante y mantenga su peso en el PIB y en el número de trabajadores, empleados en esa industria.

Las partidas de digitalización en pymes y competencias digitales es la segunda partida con más de 7.500 millones. Aquí hará falta ver de qué manera y en que partidas se implementarán estas líneas de financiación.

La rehabilitación de viviendas, con una cuantía que supera los 6.000 millones de €, se va a dedicar a adaptar éstas a energías limpias. Es un “deja vu” que en varias ocasiones se ha utilizado con una eficacia digamos relativa, sobre todo en viviendas usadas.

Otra partida que al menos en título parece relevante es la modernización de las administraciones públicas, con más de 4.000 millones de €, reforma que parece más que necesaria teniendo en cuenta los fallos de la SEPE, la lentitud de procesamiento de los procesos judiciales y su digitalización. Pero como otras partidas, hará falta conocer si estas ayudas van en esta línea o de derivan en planes menos efectivos. Esta si es una reforma más que necesaria para reformar la interacción con el ciudadano.

El 5G es uno de los retos para que llegue a todo el territorio nacional, por lo que se van a dedicar otros 4.000 millones de €. Esta política es transversal y necesaria para el desarrollo de todo lo que esta tecnología va a implicar en los próximos años.

Lo que más nos sorprende, es que las políticas relacionadas con la industria existente y la ciencia sean partidas menores con importes de 3.700 y 3400 millones de € respectivamente, siendo el turismo una nueva partida de 3.400 millones y finalmente, una partida de 3.200 millones para la integración de las energías renovables en el sistema eléctrico.

Parece como si las asignaturas pendientes de futuro de país solo estuvieran el en desarrollo digital, la movilidad y el 5G.

Y nos preguntamos, ¿dónde queda el desarrollo de la investigación farmacológica en interacción con la industria farmacéutica, tan necesaria en estos tiempos de pandemia? No en vano, estamos desarrollando una vacuna, en dos versiones, inyectada y vía nasal que puede suponer un hito en la inmunidad.

Tenemos cuatro plantas productivas de vacunas y una de componentes que están ya operativas. ¿para cuándo una política de investigación real aprovechando todos los recursos del país? ¿Por qué tenemos que esperar a que vacunas foráneas llenen las plantas de producción de vacunas nacionales, y no desarrollamos el potencial de una industria que va a ser cada día más necesaria en el devenir de nuevas pandemias?

Evidentemente para todo esto, hace falta una visión de país, un plan de estado de hacia dónde vamos, que queremos que seamos y no solo lanzar soflamas políticas de que tenemos que cambiar el modelo productivo, que los políticos llevan décadas hablando del tema, solo en campaña electoral, y que ahora que es una oportunidad para ponerlo en marcha, simplemente no saben cómo hacerlo.

Porque esto no solo afecta a la producción de vacunas, sino al desarrollo de nuevas fuentes de energía, como el hidrógeno, que no tiene partida significativa, y dado el déficit estructural que tiene el país, en fuentes de energía sería algo, a ser incluido.

Una verdadera visión de país, no una de solo de cara a la galería para decir somos más tecnológicos y verdes, sino la de que vamos a apostar de verdad por el desarrollo de la ciencia en epígrafes que afectan al equilibrio de las cuentas públicas, el fortalecimiento y desarrollo del PIB para converger con los PIB de nuestros socios europeos que son dos, tres y cuatro veces el nuestro, eso sí sería hacer una apuesta de país y aprovechar las oportunidades.

Pero para eso hace falta tener esa visión, y escuchar más, hablar menos en campaña y, en definitiva, hacer más y mejor.