Cuando el Remedio es Peor que la Enfermedad: Colirios con Conservantes
¿Sabías que el tratamiento ocular que recetaste ayer podría estar perjudicando a tus pacientes a largo plazo? Los colirios con conservantes pueden causar más daño que beneficio.
Pero si sigues leyendo, encontrarás 5 opciones para evitarlo.
Muchos colirios de uso común contienen conservantes que, a largo plazo, pueden causar problemas serios.
El cloruro de benzalconio (BAK) y el policuaternio (PQ) son conservantes frecuentes en colirios. Aunque previenen la contaminación, pueden dañar la superficie ocular si se utilizan de manera crónica:
El consejo clínico es claro: evitar conservantes en tratamientos crónicos. Esto es especialmente importante en pacientes con QCS o glaucoma, ya que los colirios con conservantes pueden empeorar los síntomas y acelerar el daño ocular.
Las Formulaciones Oftálmicas Libres de Conservantes (FOLC) son una alternativa segura. Tanto en monodosis como en multidosis, están diseñadas para evitar la contaminación microbiana sin añadir conservantes. Las FOLC ofrecen un tratamiento más seguro para enfermedades oculares crónicas, manteniendo la película lagrimal y la integridad del epitelio, además de ser mejor toleradas y causar menor irritación. Esto mejora la adherencia al tratamiento y preserva la salud ocular de tus pacientes.
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Sé que cambiar protocolos terapéuticos instaurados no es fácil.
A mí también me cuesta.
Pero presta atención a esta tabla cada vez que vayas a prescribir un tratamiento.
En poco tiempo, estos "nuevos hábitos" se harán tuyos.
La prevención es la clave.
Optar por colirios sin conservantes asegura el bienestar ocular a largo plazo.
Evalúa siempre la necesidad de tratamientos crónicos y elige alternativas que protejan la salud ocular de tus pacientes.