Cuando la motivación se oculta
Imagen tomada de www.infotaller.tv

Cuando la motivación se oculta

En un mundo tan lleno de distracciones triviales, ¿dónde encuentra uno las fuerzas para mantenerse firme en sus objetivos? Si lo pensamos sólo un poco, nos topamos con un sin número de redes sociales, películas, series, youtubers, videojuegos, la familia, los amigos; en fin una inmensidad de cosas que nos pueden abstraer de nuestras metas. No quiero que me vean como quien no está de acuerdo con las cosas que he mencionado, puesto que las considero importantes en el desarrollo sano de nuestras vidas, el caso que analizo es cuando estas cosas nos entretienen tanto que nos limitan el desarrollar nuestro potencial y alcanzar nuestras metas.


No me averguenza decir, y espero que muchos se identifiquen conmigo, que he hecho planes fantásticos en gran cantidad de ocasiones y empiezo a trabajarlos con gran emoción y afán pero mantener el ritmo se hace difícil especialmente porque llegan momentos en los que estamos cansados, perdemos el hilo, nuestra situación de vida cambia por alguna razón y cualquiera de estas situaciones nos hace desistir o dejar en el olvido aquellos planes.


La pregunta que me vengo a hacer aquí de manera pública y que les planteo también a ustedes es simple: ¿qué podemos hacer cuando nuestras metas se ven afectadas por la vagancia, por el entretenimiento excesivo? ¿cómo despertamos a tiempo para retomar nuestro camino? ¿dónde encontramos las fuerzas para seguir cuando estamos cansados? ¿a qué nos aferramos cuando el futuro parece incierto?


Como yo lo veo, una de las estrategias claves para alcanzar nuestras metas es mantener pendientes los porqués, es decir comenzar con un fin en mente (tal como lo recomiendo Stephen Covey). Estos porqués nos dan fuerzas, motivos para hacer las cosas, aún cuando no queremos hacerlas e incluso suelen ser más efectivos que los ¿qué pasará si no lo hago? Digo esto porque muchas de nuestras metas suelen ser personales y si nos preguntamos qué pasará si no las cumplimos seguro concluimos que nos afectarán en algún ámbito de nuestra vida, pero al fin y al cabo es nuestra vida y solemos poner excusas como “ lo haré más tarde”, “aún tengo tiempo” y una pila enorme de excusas que nos autoconsuelan para no hacer las cosas en su tiempo. En cambio cuando pensamos en el por qué debemos hacer algo, por qué iniciamos este proyecto; logramos visualizarnos cumpliendo la meta y esto es reconfortante y motivador.


En lo personal, recomiendo organizarse, dar uso a la tecnología que tenemos a nuestra disposición actualmente. Hay inmensurables herramientas útiles como calendarios, gestores de tareas, gestores de proyectos, gestores de tiempo, apps para crear hábitos, apps para motivarse, etc. La idea es siempre plantear nuestras metas por escrito, porque el tiempo hace que la memoria no sea tan precisa y esto contribuye mucho a desviarnos del camino.


Recordemos otra cosa importante, “lo que no se mide, no se controla y no se mejora”. Es una frase encantadora a primera vista, pero es muy realista. Nuestras metas deben ser medibles, especialmente porque es reconfortante saber si estamos avanzando en nuestras metas, pero al mismo tiempo es interesante ver lo que descubrimos cuando empezamos a medirnos, a medir nuestra actividades, por ejemplo cuando empezamos a medir el tiempo dedicado a nuestras actividades cotidianas, cuando empezamos a medir nuestros gastos, etc. De este tipo de mediciones es de donde vienen nuestras mejoras y nos permiten saber con certeza si hemos mejorado en algún sentido.

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