Cuando la palabra no es suficiente
Yo trabajé varios años (normalmente suelo durar entre 4-7 años por empleo) en una empresa que de verdad disfruté y en donde aprendí mucho. Entré cuando era muy pequeña y crecí con ella, me gustaba y disfrutaba mucho lo que hacía y me esforzaba constantemente para sobresalir y demostrar mi compromiso.
Cierto día recibí una oferta de empleo que me ofrecía un mejor puesto y casi el doble del salario. Se la comuniqué a mi jefe y claramente dije que no quería que me ofertaran nada porque existía la “leyenda” de que todo aquel que obtenía una oferta y que “sugería” que se le hiciera una contrapropuesta, simplemente se iba como lo peor, por chantajista, y pretender quedarse obteniendo mejores condiciones. En fin, una cosa llevo a la otra y terminamos negociando, acordamos las condiciones, nos dimos la mano en un pacto de caballeros y además recibí el correo de mi renuncia de regreso con la leyenda “renuncia no aceptada, asunto resuelto”. Por supuesto que cuando me di la mano con mi jefe, lo primero que hice fue declinar la oferta de empleo que había recibido y copiarle, en una muestra de que estaba cumpliendo el compromiso que hice con él. La otra empresa quiso ofertarme más, pero la rechacé explicando que no era ético ni profesional estar escuchando ofertas de cada parte para quedarme con la más alta, así que ahí termino todo, ese puesto se ocupó y yo me quedé donde quería.
La felicidad duró poco, al día siguiente se empezaron a incumplir los acuerdos uno por uno, hasta que finalmente a los 8 días de haber declinado la oferta que la otra empresa me hizo, me mandaron al contralor del grupo y a un abogado a despedirme, y me quedé con un apretón de manos y una mirada a los ojos sin ningún valor ético ni moral.
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Desde entonces me he preguntado una y mil veces cual es la motivación por la que alguien se asegura que declines una oferta y luego te despide, o se asegura que declines una oferta ofreciéndote “para el siguiente mes” un mejor salario para al final decirte “siempre no”. ¿Está demostrando que tiene dinero y puede hacer lo que quiera?, ¿está demostrando su poder?, ¿está demostrando que no te necesitan?, ¿o está demostrando que no tiene palabra?
No lo sé y tal vez deba estudiar una carrera en Psicología para entenderlo y ponerlo en el contexto correcto, pero lo que si me queda claro, es que se necesita tener mucha responsabilidad, mucha vergüenza y mucha ética personal y profesional, si es que acaso puede hacerse esa división, para no hacer eso y jugar con el futuro de las personas y sus familias o, dicho de otra forma, se necesita ser muy corto de miras para poder hacerlo. El tiempo, como siempre pasa, pondrá en a cada uno en su sitio. En ese momento no me quedó más remedio que pasar a lo que seguía. Asi es la vida.