CUANDO YA ERES LA CARA DE TU EMPRESA

Trabajar para una empresa no es un mérito, sentirse identificado con la misma y ser leal es tan meritorio como obligatorio, más aun cuando una persona llega a ocupar un cargo de liderazgo de un equipo. Y cuando hablo de líder de equipo no solo me refiero al Presidente o Gerente General, no solo me refiero al Director o VP, o al gerente o al jefe; me refiero también al asistente que lidera a un practicante, o al analista que no lidera personas “de dentro” pero coordina con terceros vinculados (sean outsourcing, contratistas o personas a tiempo parcial).

Mi opinión (siempre basada en la experiencia como coach) es que una persona debe sentirse tan comprometido con su empresa como con su gente, tener “la mitad de la camiseta” con el logo de su gente y la otra mitad con el logo de la empresa; pero, y aquí viene el “pero”, cuando te conviertes en un líder de equipo “la etiqueta” de la camiseta debe tener el sello de la empresa: 50.1% empresa y 49.9% tu gente.

Un líder es la cara de la empresa ante su gente; los colaboradores que necesitan algo o saber algo recurren normalmente donde su líder, y el líder debe tener las respuestas precisas y sinceras, en las buenas y…las no tan buenas.

Aquel líder, incluso líder popular, que es timorato al hablar y actuar debilita su liderazgo. Un líder debe saber y ser firme al dar las malas noticias, llamar la atención, comunicar que no hay aumentos, pedir más compromiso y esfuerzo, dar un feedback negativo, evaluar con índices bajos y otras muchas noticias que no son gratas para nadie, menos para un colaborador.

Ser líder y pedirle al propio jefe que sea el portavoz de las malas noticias ante mi equipo lesiona tremendamente el liderazgo; ser líder e imputar a las políticas o procedimientos de mi empresa las malas nuevas que debo dar a mis colaboradores socava mi liderazgo; ser líder y responsabilizar a “los de recursos humanos” u otras áreas de las malas nuevas que debo darle a mis colaboradores petardea el liderazgo.

Líder de equipo grande o pequeño: recuerda que la firmeza es una de las esencias del liderazgo; sin esa esencia, el liderazgo se sostiene solo en interés y populismo.

Así que a partir de mañana, recuerda que tu gente ve en tu rostro la cara de la empresa, y para que vean una cara con actitud de líder debes tener una expresión de mentor, coach, consejero, retador; pero también de disciplinado, estricto, justo y dispuesto a “remangarse la blusa o la camisa” pero siempre con los pantalones o falda larga y bien puestos!

Les deseo una excelente semana!

Oscar