Cuello de botella en la naciente economía del H2V en Chile
En noviembre del año 2020 se lanza en Chile la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y dentro de los objetivos se destaca producir el hidrógeno más barato para el año 2030 y contar con 5 GW de electrólisis en desarrollo al 2025. Sin embargo, la producción de hidrógeno mediante electrólisis del agua utilizando energías renovables no presenta grandes desafíos (salvo si se debe considerar la variabilidad de la producción de energía eléctrica inherente a las mas comunes energía eólica y fotovoltaica) y es factible producir a precio competitivo.
Mas bien el problema de esta economía naciente del hidrógeno es el consumo, el cual se encuentra con un menor grado de desarrollo que su producción. Por ejemplo, actualmente se disponen de equipos comerciales a celda de combustible con prestaciones no mayores a las de una grúa horquilla para ingresar al mercado chileno, pero equipos logísticos para movimiento de contenedores se encuentran en etapas más tempranas de desarrollo, quizás para ser lanzados al mercado después del 2024 (dependiendo del tamaño del equipo).
Si dejamos de lado los grandes proyectos en desarrollo actualmente en Antofagasta y Magallanes, los cuales se centran el la producción de hidrógeno a gran escala, para producción de e-combustibles o bien para producción de amoníaco, y también dejando de lado la producción de hidrógeno para realizar blending (mezcla de hidrógeno gaseoso con gas natural hasta un 20%) que solo aparece como una aplicación de transición de bajo impacto y como una forma de crear artificialmente consumo de hidrógeno que justifique la creación de plantas de electrólisis, nos queda que prácticamente no se tiene considerado en el corto plazo aplicaciones de electromovilidad con hidrógeno, ni desde las políticas públicas ni desde el sector privado. En la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde se nombran las aplicaciones en: Refinerías, Amoníaco doméstico, Camiones mineros (CAEX), Camiones pesados de Ruta, Buses de larga autonomía, e inyección de hidrógeno en redes de gas natural, pero se deja de lado electromovilidad de un tamaño intermedio.
Recomendado por LinkedIn
En el mundo existen automóviles como el Toyota Mirai, el Hyundai Nexo o el Honda Clarity, que operan con celda de combustible, desde hace tiempo. Fabricantes como Nikola o Mercedes-Benz ya ofrecen camiones de carga pesada con grandes autonomías, también existen vehículos utilitarios para el transporte de encomiendas como Peugeot, Renault, Opel, entre otros, los cuales, sin embargo, no tienen fecha de entrada al mercado chileno, pese a conocerse mundialmente sus valiosas virtudes con respecto a la producción de hidrógeno en otras latitudes.
Con respecto al sector privado, observamos una falta de visión de futuro con respecto a la implementación de proyectos demostrativos. Si bien actualmente los costos son algo más altos que en la competencia a baterías, se proyectan TCO’s mas competitivos hacia el 2030, teniendo costos totales de propiedad incluso mas económicos que sus pares diésel. Puede parecer tentador esperar a que esto ocurra antes de comenzar a realizar inversiones para convertir flotas de vehículos, pero se está dejando de lado la oportunidad de probar los equipos y la infraestructura necesaria (almacenamiento de hidrógeno, dispensado, etc), también se deja de lado la experiencia que es necesaria de adquirir con este mercado que esta recién naciendo antes de realizar inversiones mayores, tampoco se considera la visión positiva que la sociedad tiene frente a empresas que comienzan ahora a convertir equipos hacia la electromovilidad, ni de la visibilidad y ventaja estratégica que entregaría a las empresas frente a sus competidores al haber comenzado antes la transición en etapas mas pequeñas.
Muchas empresas en el mundo compiten por ser “los primeros en” con respecto a este rubro (DHL, Puerto Valencia, Quingdao, FedEx). El puerto de San Antonio, Chile, se encuentra liderando la transición de la actividad portuaria hacia las cero emisiones de CO2, pero, ¿Qué pasa con el resto de la industria chilena? Aún estamos a tiempo para la aparición de nuevos liderazgos en otros rubros del sector productivo nacional.