Cultura de la Influencia y el panóptico
Ya hablamos alguna vez de Byung-Chul Han, un filósofo coreano muy prolífico que tiene una manera interesante de publicar: escribe ensayos cortos que publica rápidamente, ofreciendo una reflexión casi en tiempo real cuya lectura es una mirada del presente.
En “La sociedad de la transparencia” dice: Hoy, el globo entero se desarrolla en pos de formar un gran panóptico. No hay ningún lugar fuera del panóptico. Este se hace total. Ningún muro separa el adentro y el afuera. Google y las redes sociales, que se presentan como espacios de la libertad, adoptan formas panópticas. Hoy, contra lo que se supone normalmente, la vigilancia no se realiza como ataque a la libertad. Más bien, cada uno se entrega voluntariamente a la mirada panóptica. A sabiendas, contribuimos al panóptico digital, en la medida en que nos desnudamos y exponemos. El morador del panóptico digital es víctima y actor a la vez. Ahí está la dialéctica de la libertad, que se hace patente como control.
El planteo de Byung-Chul Han nos habla directamente a quienes estamos analizando y pensando sobre la Cultura de la Influencia. Llevándolo al llano, ¿es la pérdida de la privacidad provocada por internet y las redes sociales también una pérdida de libertad? ¿Somos nosotros nuestros propios controladores?
Quizás los efectos los vemos en distintos emergentes que impactan directamente en nuestra libertad como el punitivismo generado por la Cultura de la Cancelación o la arbitrariedad de las reglas impuestas por las plataformas que afectan directamente a la libertad de expresión.
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Hace unas semanas tuvimos acceso a un informe que analizaba la juventud, sus comportamientos y angustias y lo más llamativo se dio cuando les preguntaron dónde se sentían más cómodos, más libres, en qué ambientes y espacios. La respuesta de la mayoría fue contundente: en la casa. “En mi casa puedo estar en pijama y nadie me mira”, “En mi casa puedo ser como soy” y distintas expresiones que daban a entender a los otros lugares: la calle, la escuela y, por supuesto, las redes sociales como lugares asociados a la mirada ajena, al control, a la falta de libertad.
Lo importante de esto es que durante, al menos, los últimos 50 años eso fue exactamente al revés, la casa siempre fue vista como un lugar de represión y autoridad (al igual que la escuela), en contraposición con la calle y, en los últimos años, internet, como lugares de libertad y privacidad.
No hay dudas de que estamos frente a un fenómeno complejo que incluye temas como las nuevas mapaternidades y las nuevas relaciones con los hijos, que parecen ser menos autoritarias que antes, junto con la responsabilidad de los algoritmos en la imposición de imágenes hegemónicas, la Cultura de la Influencia, la Cancelación y nos quedemos muy cortos de analizarlo acá, pero sirve como disparador para pensar en cómo los cambios culturales, sociales y tecnológicos están afectando nuestra percepción de la realidad. C
Ingeniero-Mejora de procesos-Experiencia del cliente-Gestión de proyectos-Evaluación de riesgos-Plan de Continuidad del Negocio-Gestión de equipos remotos
3 añosMuy interesante Juan, gracias por compartirlo
Co-Fundadora Qm Digital Agency / Sway Swings
3 añosMuy cierto!