¿Podemos tener aún esperanza en el ser humano?
Hace unos días escribí sobre las formas creativas del amor donde la mirada al otro, el no ser indiferentes a sus necesidades, resignificar el lenguaje y usarlo para construir sin juzgar y el perdón como regalo para devolver la oportunidad de enmendar los errores y volver a vivir de nuevo, eran algunas ideas de la manera como el amor puede vencer todos los obstáculos y todas las formas de violencia.
Había una frase sin embargo, en mi escrito: “Vivimos en una sociedad violenta” que luego se seguía de ejemplos sobre la forma en que resolvemos nuestros conflictos. Un amigo muy querido me hizo caer en cuenta sobre el peligro de las generalizaciones en uno de sus comentarios y me llevo a reflexionar sobre la gran cantidad de personas que luchan por una convivencia pacífica dentro de sus comunidades, llenos de esperanza en un futuro donde se puedan educar hijos alegres, confiados y decididos a ser pilares de la sociedad.
Existen cantidad de estudios que nos muestran las formas violentas con que muchos enfrentamos nuestras diferencias, en política, al interior de la familia, en la escuela y los noticieros se encargan de proporcionarnos la evidencia visual en todas sus emisiones.
Esto es a nivel mundial, donde muchas veces no se habla de construir puentes de diálogo sino muros de división.
Y peor aún, existen ideologías y formas de pensamiento que encasillan a las personas y les exprimen hasta el ultimo resquicio de libertad que tienen llevándolos a actuar y pensar en masa. Cuando se pretende que todos pensemos de determinada manera se crean los fanatismos que excluyen a todo el que pretenda un imaginario diferente. No se permite abrir la mente a las formas creativas en que podemos resolver las diferencias en este gran mundo colorido y diverso, donde cada ser humano es tan digno y valioso como su semejante, aunque sea de otro color, posea diferentes bienes, educación y cultura.
Muchas veces todo esto nos hace sentir desesperanzados en un futuro mejor donde las voces de todos puedan ser escuchadas, las de las mujeres, los niños, los afro descendientes, los indígenas, los presos (por que no?), los orientales, los musulmanes, los budistas, los cristianos, los, los, los….. eso somos! Y eso es lo que nos hace seres humanos, la diversidad de pensamiento, la capacidad de empatía con el otro, la razón, la emoción y el espíritu.
No podemos juzgar al otro, ni ver sus intenciones a partir de nuestra propia visión. Hay que creer y confiar en la bondad intrínseca de la persona; acaso, no es mejor equivocarnos habiendo confiado que perder la oportunidad de aprender y compartir con los demás por pensar que sus intenciones son oscuras?Hay tantas historias de paz, de resiliencia, de convivencia…. de amor creativo!! qué bueno sería escuchar algunas, sencillas o elaboradas, para alimentar el alma de tantos que han perdido la esperanza en el ser humano. Historias de reconciliación en el hogar, de perdón ante situaciones que parecían insalvables, de amistad, de paz en medio del conflicto armado etc… Tantas voces que tenemos que oír en medio del ruido de la violencia
Los invito a compartir esas historias conmigo, en los comentarios o enviándomelas al email emilyatallah@gmail.com. Garantizo la confidencialidad de quienes la soliciten y les pido el permiso para compartirlas en mi blog (www.emilyatallah.com) para beneficio de muchos.